Ningún trabajo es perfecto, y todos podemos tener momentos de aburrimiento o agotamiento de vez en cuando. Pero, ¿cómo saber si esos sentimientos son señales de que es hora de un cambio? Y, si finalmente ha decidido dar el paso, ¿cómo hacerlo de manera correcta? Esto es lo que opinan algunos expertos.
Cinco preguntas para saber si es hora de decir adiós
Blair Decembrele, experto en carreras de LinkedIn, ofrece en declaraciones a Forbes cinco preguntas que hay que hacerse para decidir si debe permanecer o no en su trabajo actual.
¿Puedo crecer?
El crecimiento no implica necesariamente una promoción a un puesto más importante en su departamento actual: puede ser un movimiento lateral que le ayude a ganar experiencia en una función diferente. De hecho, una investigación de LinkedIn muestra que los empleados que cambian de posición lateralmente tienden a permanecer en sus empresas casi tanto tiempo como aquellos que reciben un ascenso.
¿Puedo aprender?
Poder desarrollar sus habilidades o aprender nuevas es esencial para su carrera. Si no tiene oportunidades de aprendizaje en su empresa actual, puede ser que haya superado a su rol o compañía. En la misma línea, el fundador y director de la empresa Cornerstone OnDemand, Adam Miller, opina en declaraciones a FOX Business que, si su firma no está dispuesta a capacitarlo y ayudarle a adquirir habilidades, «tal vez debería encontrar una empresa diferente para trabajar».
¿Me apoya mi jefe?
Decembrele recuerda el viejo dicho de que «la gente no renuncia a su trabajo: renuncia a sus jefes». Los mejores gerentes reconocen la excelencia, establecen objetivos desafiantes pero alcanzables y son transparentes con la información. ¿Cuándo fue la última vez que su jefe habló con usted sobre su satisfacción laboral o su futuro? Si ya ha pasado un tiempo, converse con su jefe sobre dónde se encuentra y hacia dónde se dirige.
¿Tengo influencia?
A los seres humanos nos gusta tener el control y sentirnos respetados. Si no tiene influencia sobre su propio trabajo, es posible que no sea el trabajo adecuado para usted, indica el especialista.
¿Estoy orgulloso de la cultura laboral?
¿Se siente orgulloso al hablar sobre su trabajo? ¿Comparte los valores de su empresa? ¿Tiene la flexibilidad o el equilibrio entre el trabajo y la vida que desea? ¿O simplemente está trabajando por el sueldo? Piense sobre lo que está buscando en su lugar de trabajo, y si no lo está obteniendo, podría ser el momento de buscarlo en otro lado.
El experto subraya que, aunque haya respondido ‘no’ a una o más de estas preguntas, no necesariamente significa que sea hora de irse: es posible que desee darle una oportunidad más a su empresa, buscando estrategias y ajustes o hablando con su empleador para ver si puede satisfacer sus necesidades. Si finalmente ha decidido renunciar, Decembrele recomienda tomar el tiempo para prepararse, mejorar sus habilidades para que se adapten al trabajo que desea, construir una red de contactos en industrias en las que le gustaría entrar y, finalmente, no quemar puentes y dejar su trabajo de manera profesional.
Seis pasos para renunciar y quedar bien
Sobre esta última sugerencia, un reciente artículo de Medium recomienda seis pasos para dejar su empresa de manera correcta, teniendo en cuenta que sus acciones y palabras serán recordadas por otras personas, muchas de las cuales podrían influir en sus oportunidades futuras.
Asegúrese de que sea el paso correcto y el momento adecuado
Antes de emprender cualquier paso, haga una investigación para conocer sus opciones; hable con familiares, amigos y mentores dentro y fuera de su empresa y evalúe los beneficios y los inconvenientes de su compañía y puesto actuales. Además, conviene asegurarse de que el momento elegido sea óptimo, pues puede ser de su interés terminar proyectos importantes antes de irse, o bien esperar los próximos períodos de bonificación o promoción.
Haga sus ‘deberes’
Antes de comenzar su búsqueda de trabajo formal, vuelva a familiarizarse con los contratos que firmó al comienzo o durante su trabajo para comprobar que no hay limitaciones en cuanto a su futuro empleo; evaluar riesgos de perder alguna bonificación que recibió si sale antes de una fecha específica o averiguar si puede recibir bonos adicionales si permanece en su empresa actual por más tiempo, entre otras cuestiones.
Sea transparente y avise con antelación
Notificar con una antelación mayor que el estándar de dos semanas puede ayudar a generar confianza a largo plazo con su empleador actual, lo cual podría resultar beneficioso en el futuro en nuestro mundo altamente interconectado. Si prefiere esperar hasta que haya aceptado una oferta, comunique sus planes a su jefe antes que a otras personas, y antes de enviar una carta de renuncia formal.
Colabore en su transición
Por lo general, su jefe le ayudará a preparar un plan de transición, pero usted también debe ser parte del proceso y ayudar a completar la estrategia. Para cerrar posibles brechas, considere crear un documento que describa cada proyecto, con el paso más reciente y los próximos pasos críticos, así como los documentos esenciales o correos electrónicos recientes, además de contactos y otros recursos necesarios para la transferencia adecuada. Por otro lado, podría realizar algunas sesiones de capacitación para sus colegas en áreas donde tenga conocimiento único antes de su salida, o crear esquemas de cada proceso.
Exprese gratitud
No hace falta escribir notas de agradecimiento a todos en su departamento. En sus últimas semanas, puede mostrar gratitud al comprometerse con su plan de transición hasta su último día, demostrar aprecio a través de sus palabras y acciones, y mantener una actitud positiva.
Absténgase de chismes
Puede ser tentador si sus razones para irse son negativas, pero los chismes son altamente improductivos y crearán el mayor estrés para sus compañeros, mientras que el posible impacto en la compañía será breve e insignificante. Tampoco conviene acudir a las redes sociales para criticar a su empresa, pues causará más daño a los empleados que siguen trabajando allí y, lo que es peor, a su propia reputación.
Incluso si está trabajando en un entorno tóxico, responder con una salida igualmente tóxica solo le dañaría a largo plazo, pues, mientras que casi nadie recordará la primera impresión que causó, la mayoría sí recordará la última.