Coca Cola comenzará a ofrecer leche con más proteína y menos azúcar que la normal, y confía en que los consumidores pagarán el doble para comprarla.
La distribución a nivel nacional de Fairlife en las próximas semanas señala el ingreso de Coca-Cola en el negocio de la leche envasada en Estados Unidos y es uno de los recursos a los que apela la mayor productora de bebidas sin alcohol en el mundo para diversificar sus productos a medida que los estadounidenses consumen menos gaseosas.
El lanzamiento también ocurre en momentos en que el público busca algún tipo de mejora en sus alimentos y bebidas, ya sea más fibra, antioxidantes o proteínas. Eso fue lo que impulsó a Coke a entrar en la categoría láctea, donde la diferencia de opciones sigue siendo relativamente pequeña y cuyo consumo ha ido declinando durante décadas.
El presidente de la división de Norteamérica de Coca-Cola, Sandy Douglas, dijo en una conferencia en noviembre que básicamente se trata de la leche perfeccionada.
Fairlife, que Coca-Cola creó en colaboración con la cooperativa láctea Select Milk Producers en 2012, dice que su leche pasa por un proceso de filtrado similar al que se somete a la leche desnatada. Se utilizan filtros para separar los componentes de la leche, se le añaden más de los componentes favorables y se le restan los menos favorables.
El resultado es un producto sin lactosa, con 50% más de proteína, 30% más de calcio y 50% menos de azúcar que la leche regular.
El mismo proceso se utiliza para Core Power, de Fairlife, una bebida que se ofrece a los atletas, con más proteína y calcio que la leche Fairlife.
Sue McCloskey, que desarrolló el sistema para producir Fairlife junto con su esposo, Mike McCloskey, dijo que Fairlife se comercializará directamente a las mujeres, que son quienes resguardan la nutrición familiar.
Pero aunque jactándose de sus ventajas nutritivas, Fairlife deberá tener cuidado para comunicar cómo elabora su producto. Jonas Feliciano, analista de bebidas de la firma Euromonitor, investigadora de mercado, observó que el público podría preguntarse en qué medida la nueva leche es natural.
«Deberán explicar que no se trata de una abominación de la naturaleza», comentó