La retención de líquidos afecta principalmente a las mujeres en épocas relacionadas con los desajustes hormonales como la menstruación, el embarazo o la menopausia. Además, los problemas de circulación, una alimentación incorrecta o el estrés también favorecen la retención de líquidos y el consecuente aumento de peso que puede rondar los dos kilos.
Es cierto que detrás de una retención de líquidos puede haber un trastorno de salud, por lo que siempre hay que acudir al médico para descartar estas causas. Sin embargo en la mayoría de los casos el responsable no es otro que una dieta desequilibrada y sobre todo rica en sal o una vida excesivamente sedentaria. Por lo tanto ten en cuenta estos consejos:
- Debes aumentar el consumo diario de todos aquellos alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. Para contrarrestar el nivel de sodio del organismo y mantener el equilibrio de líquidos, consume alimentos que aporten potasio, principalmente frutas como los plátanos, el melón y la sandía; además de verduras como las alcachofas, los berros, las acelgas. Incluye a esta lista la ciruela, que además contribuye a detener el estreñimiento y la cebolla, que ayuda a mejorar la circulación de la sangre.
- Realiza ejercicios o actividades todos los días, y durante al menos media hora. Puedes caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar…
- Toma por lo menos ocho vasos de agua durante el día, si por algún motivo no eres muy fanática del agua, puedes reemplazarla por jugos naturales sin agregarles azúcar, algunas infusiones de hierbas o simplemente agua saborizada, agregando un poco de jugo de limón o Toma té y algunas infusiones de hierbas que tengan efectos diuréticos. El diente de león, la cola de caballo, el té verde y la centella asiática deben estar presentes en tu dieta. Evita las bebidas gaseosas. En lo que respecta a las bebidas, existen determinadas aguas minerales con un alto contenidos en sodio, por lo que es recomendable verificar que el tipo que elijamos contenga menos de 50 miligramos por litro.
- Controla el consumo de sal, esta se debe agregar a los alimentos en muy pocas cantidades o reemplazarla por hierbas aromáticas y condimentos. La sal está presente principalmente en alimentos como salazones, embutidos, salsas, aderezos, comidas precocinadas, palomitas y algunos quesos, especialmente el roquefor.
- Evita en lo posible todos aquellos alimentos ricos en azúcares.
- Consume proteínas, ya que si estas llegan a faltar en la dieta, se reduce de manera drástica la producción de albúmina, lo que puede provocar la acumulación de líquidos entre los tejidos.
- Trata de dormir 8 horas diarias.
- No se recomienda permanecer durante mucho tiempo sentadas, si por razones de trabajo debes hacerlo, cada hora camina para estirar las piernas dando una pequeña caminata por la oficina. Trata mantener los pies levantados, coloca un piso para poder apoyarlos.
- En tu casa eleva las piernas varias veces al día,mejorará el aspecto de los tobillos hinchados. Se deben colocar los pies por encima de las rodillas y estas últimas por encima de las caderas, es decir, que entre los pies y la cadera debe formarse un ángulo agudo.
- Reactiva la circulación: puedes terminar cada ducha con un chorro de agua fría en las piernas y utilizar cremas con efecto vascular y masajearlas siempre en sentido ascendente, desde los tobillos hasta los brazos.
- Es muy importante no utilizar prendas de vestir demasiado apretadas: pantalones, zapatos y calcetines, porque obstruyen la circulación y dificultan la correcta expulsión de los líquidos, siguiendo los cauces habituales del organismo.
- Es recomendable que se eliminen de la dieta productos como las salsas (mostaza, kétchup, salsa rosa, salsa de soja, mayonesa, etc.), alimentos precocinados o comidas rápidas y todo aquel producto que contenga aditivos o potenciadores del sabor, ya que suelen tener un alto contenido en sodio.