Conferencia El oficio de escribir

El primer obstáculo con el que me enfrenté, era definir de qué iba a escribir, qué me iba a diferenciar; tener tu propia voz narrativa es un reto del oficio de escritor: Alberto Ruy

Dentro de las actividades del Festival Cultural Gran Nayar, se efectuó la conferencia inaugural “El oficio de escribir”, a cargo de Alberto Ruy Sánchez, editor y escritor mexicano, codirector de la revista “Artes de México”, con su primera novela, “Los nombres del aire” recibió el más importante premio literario mexicano, “Xavier Villaurrutia”, así también ha sido acreedor a diversos reconocimiento tales como el premio nacional de artes y literatura 2017.

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Alberto Ruy, expresó que el arte de escribir a pesar de que el tiempo transcurra y el escritor cuente con instrumentos distintos, hay algo del oficio qué siempre es exactamente lo mismo. “La diferencia entre otros escritos y un poema, es que este último se vuelve significativo para las personas y eso solo lo hace el oficio del escritor, algo que toque una parte importante de la vida de las personas”, señaló.

El escritor, precisó que la poesía continua existiendo después de muchos siglos, no solo por el hecho de ser bella, sino porque es como un bisturí que penetra en las dimensiones humanas donde ningún otro discurso puede llegar, que se relaciona con lo que sienten y si las personas tienen suerte les cambia la vida.

Destacó, que la literatura y sobretodo la poesía, no se trata sobre acumular conocimiento, o es más culto quien sepa leerla, sino que es alguien que accede a una dimensión humana que no se nota. Agregó, que estos escritos los hacen más completo como humanos, no es algo decorativo, solo algo más profundo que la gente puede imaginar.

Puntualizó, que descubrir estos textos y lo que implica, no sucede porque alguien recomiende un libro, en realidad se descubre cuando encuentran un libro al azar, se dan el tiempo de hojearlos, hasta que uno de ellos, les hablen en el oído.

De esta manera, compartió que para que la escritura tenga el efecto de que sucedan cosas extrañas en la vida de las personas, el lector necesita volverse propietario de esas palabras. “La fuerza de la poesía esta en alguien que se apropia de las palabras, esto hace que una vez que ya ha sido tocado por ella, la persona se convirtió en dueño de eso”, insistió.

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