Cosas que ya no deberías hacer a los 30 porque… qué perro oso

Qué terror cumplir 30, pensé hasta que el momento llegó y luego no pasó nada.

No sé qué clase de transformación creí que iniciaría con los primeros minutos de mi cumpleaños 30, pero ya tengo 31 y sigo siendo la misma.

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Quienes pareciera que sí se transformaron fueron los demás. Por ejemplo, mi suegro ahora pide nietos; mi mamá sugiere que cambie “tanto tenis” por zapatos; y algunos niños y adolescentes empezaron a decirme “señora”.

¿Alguien sabe dónde está ese manual de cómo la gente debería llevar su vida a los 30? Necesito quemarlo.

Sí, sí, la edad es la edad y debería de hacernos evolucionar y bla, pero ¿no sería mejor que esos años nos sirvieran para algo más útil? ¿Para ser más sabias, más libres, más livianas?

Si cumplir 30 significa ser de algún modo o dejar de hacer ciertas cosas, propongo que sean estas porque… qué perro oso.

1. No deberías comprarte el cuento de que cumplir 30 te convierte en señora.

2. Y hablando de, no deberías de ser tan cruel con el concepto de “señora”.

¿Qué hay de malo con ser una señora? ¿Qué significa ser una señora? ¿Por qué somos tan crueles con la gente mayor? Como si cumplir años nos volviera tontas, aburridas, lentas. ¿Eso en dónde deja a tu mamá, a tus tías (las que sí te caen bien), a tus profesoras, a tus jefas chingonas?

3. No deberías de sentirte presionada de casarte.

Se vale que sea uno de tus deseos de vida, pero no por eso tendrías que seguir forzando esa relación que no da para más.

Menos aún casarte con el primer idiota (o la primera idiota) que pase por ahí nomás porque quieres tu fiesta y tu vestido y tu casita y tu perro y tu camioneta y tus bebés y tu vivieron felices para siempre.

No funciona así.

4. No deberías de seguir en ese trabajo que tanto odias.

Es posible que ya tengas los contactos, la experiencia y los ahorros que te hacían falta para dar ese gran salto hacia algo que te haga más feliz.

O si es muy necesario, al menos asume que tu trabajo es el medio y no el fin para ser feliz. Hazlo para conseguir todo lo demás que sí quieres.

5. No deberías de odiar tu cuerpo.

A estas alturas ya deberías saber que mucho de cómo luces es genética.

Abraza eso que te hace única, quiérete y sé tu mejor versión de ti sin luchar contra ti en cada dieta, tinte o tratamiento de belleza que inicias.

6. No deberías de seguir postergando esa visita al dentista.

En serio. Esto es importante.

7. No permitas que el reloj biológico te presione.

Si quieres tener hijos, está bien  (y si no, también), pero si todavía no te sientes segura, no des por hecho que tu tiempo se acaba.

Cada cuerpo es diferente. Lo mejor es preguntarle a tu ginecóloga(o) cuánto más puedes esperar. Hay estudios muy exactos y no tan caros que puedes hacerte para tomar esa decisión bien informada.

8. Ni siquiera tendría que recordarlo, pero por si acaso: no tengas hijos si no quieres.

Por favor.

9. No dejes de vestirte como más te gusta.

Ahora conoces mucho mejor tu cuerpo y sabes mejor qué te queda bien.

Viste como más te gusta, experimenta con ropa que nunca usarías, aférrate a tus jeans favoritos, compra ropa nueva, invierte en ti. O no, pero pase lo que pase: siéntete cómoda con quien eres.

10. No sigas forzando en esa relación.

Ya hemos hablamos de esto.

11. Tampoco sigas forzando esas amistades.

La amistad, como cualquier otro vínculo humano, puede desgastarse, cambiar y dejar de encajar con quien ahora eres.

¿Para qué seguir acumulando personas que ya no te suman.

12. No deberías de seguir tan alejada de tu familia.

Tus papás, esos tíos y tías que sí te caen bien, tus abuelos. Ellos y tú se están haciendo viejos y no estarán en este mundo para siempre. Aprovéchalos.

13. No deberías de sentirte mal por tener flojera de salir.

14. Tampoco debería de apenarte fiestear.

Solo, por favor, sé más responsable de lo que fuiste a tus diecitantos o veintipocos. Qué perro oso que manejes ebria o sigas llamándole a tu ex en la borrachera.

15. No deberías de seguir siendo tan irresponsable con tus finanzas.

Pon en orden tu AFORE, invierte y, si alcanza, comienza con un plan personal para el retiro y un seguro de gastos médicos mayores. Nuestra generación tendrá pésimas pensiones.

16. Por favor, no comiences a menospreciar a los más jóvenes que tú.

¿Recuerdas cuando nadie te tomaba en serio por ser adolescente? No te conviertas en esos adultos.

Los de diecipocos y ventitantos tienen mucho que enseñarte.

17. No deberías sentirte mal si realmente deseas casarte y tener hijos

Como ya te dije, haz lo que te dé la gana, solo hazlo lo mejor posible: con la persona correcta y con la consciencia de que traerás una nueva vida a este mundo. ¡Tener un hijo es una verdadera responsabilidad con este mundo!

18. Ya no deberías de seguir cargando con prejuicios sexuales.

Mastúrbate, coge como “loca”, di que no sin inventarte pretextos. Disfrútate mucho más.

19. No dejes de aprender.

En la escuela, haciendo por fin ese posgrado que tanto querías. O fuera de la escuela, en cursos en línea, en clases, en libros, en YouTube, en donde puedas.

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