Manuel Cota nunca incurrió en el tradicional discurso de papel

Poco a poco se fue llenando el escenario. Quien había llegado a las cuatro de la tarde para esperar un evento programado a las cinco de la tarde, no creería que la gran explanada del Foro Cultural del Recinto Ferial tendría ese lleno impresionante, incluyendo las graderías. Es decir, que a las cinco y media de la tarde, ya sin la luz del sol, rebasaban ya las once o doce mil personas, interesadas en conocer los pormenores del Cuarto informe del senador por Nayarit, Manuel Cota.

Se ingresaba como para ir a la feria, por el frente de la avenida Rey Nayar. El clima era templado y desde donde te tocara lugar, se sentía cómodo el evento, pues había pantallas gigantes por si no se alcanzaba a ver el foro principal. Cuando llega Cota como a las seis de la tarde, saludando a quienes hicieron una valla humana desde el acceso hasta el estrado, lo repleto del lugar no daba más que para ver al senador en las pantallas. Se llenaron incluso dos módulos techados, en la zona oriente, en donde no estaba contemplado el acomodo de invitados.

El estrado lucía también muy llamativo e iluminado, y había terminado la actuación del grupo musical indígena “Venado Azul”. Los amenazadores del programa nunca hicieron otra cosa que repasar saludos a los contingentes llegados de los 20 municipios de Nayarit. Cada grupo coreaba su saludo al ser mencionado. Cuando Cota tomó la palabra habían pasado unos 20 minutos de saludos de sus conocidos e invitados. Ni por su gran estatura se le podía ver desde lejos, pero ayudaban mucho las cámaras y el sonido, para verlo y escucharlo.

Los “Jóvenes de Tepic por Cota” ocuparían un lugar a la mitad de la explanada con mantas, porras, y espectáculos de gimnasia y banda estudiantil.

La gran sorpresa de los asistentes, que esperaban al senador que sacara números, cifras, papeles o manifiestos, solo quedó en eso, en una grata sorpresa pues Manuel Cota nunca incurrió en el tradicional discurso de papel. Hizo una relatoría sencilla de cómo ha venido forjando su vida familiar, su vida profesional y su carrera en la política de Nayarit. Eso gustó. Eso metió a la gente en el evento. Lo que le pasa a un hombre sencillo, que viene de abajo, que se casa joven, que empieza a ver sus hijos crecer, que aprovecha cada oportunidad que se le presenta para salir adelante, se identifica con lo que le sucede a cualquiera de los presentes.

La hija Chris que nunca festeja su cumpleaños, (el sábado lo era), porque su señor padre siempre anda trabajando en los asuntos de su encargo. Presenta también a sus hijos varones Manuel y Fredy, muchachos sencillos cuya apariencia se asemeja mucho a la de su padre, joviales, saludadores y humildes. La señora Amparo siempre al lado de la familia, siempre al cuidado de los valores morales de los Cota Vélez, y ya incluido un nieto.

Un discurso de valores familiares, le da valor a Nayarit. Cota señala que él estará en donde lo decida la sociedad que lo ha elegido ya antes para regidor, para diputado local, para presidente municipal de Tepic, para diputado federal y para senador. Cota está ahí, plantado ante más de doce mil nayaritas, con su gran camisa blanca tamaño extra, hablándole a la conciencia de sus invitados y simpatizantes.

En media hora ya está todo dicho. Suenan bombas de fuegos artificiales. Se abre el espacio para ir a cenar a una zona habilitada como kermés, donde se tuvo la oportunidad de probar tamales, hamburguesas y tacos calientitos. Ahí, con un vaso de café en la mano, platicaban las mujeres, los jóvenes, exservidores públicos de muchos municipios, maestros, campesinos, ganaderos y pescadores.

Un dato especial es que gran parte de la concurrencia al 4 Informe de actividades del senador Manuel Cota eran beneficiarios de proyectos productivos en la zona rural. Ahora que Cota ha arribado a la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina se han más que duplicado los beneficios en Nayarit. Unos cuantos miles de concurrentes a este gran evento, han fructificado sus proyectos de economía familiar. Ellos vinieron a agradecerle al senador la mano amiga, siempre extendida al productor del campo.