Simples Deducciones
A don Rutilio lo conocí años atrás por azahares del destino en una colonia de Tepic, de 70 años de edad, hoy de 75 vivía solo en un pequeño cuarto, sin piso y con techo de lámina, se lo rentaban en 300 pesos por mes, sin drenaje, el agua potable la tenía porque una amable vecina le regalaba la que él ocupara, “no hijo, no tengo para pagar ni para poner una tubería, pero doña Mary es buena y me deja agarrar unas dos cubetitas pequeñas o más”.
Nunca tuvo un trabajo fijo, hizo de muchas cosas, cargador, albañil, campesino, pintor, chofer y a esa edad, arreglaba jardines en “casas de ricos, hay familias que me tratan bien, me regalan comida y el pago, 150 por un jardín grande que me lleva pues varias horas, mi edad ya no me deja avanzar rápido”, en ese tiempo aún andaba en bicicleta, hasta que un día alguien se la robó y él se dejó caer vencido por la vida y su mala suerte, me dijo.
Pero bien dicen que cuando más oscuro está, es porque no tarda en amanecer y así le pasó. Un buen día de mayo de este año que casi concluye, doña Mary le dijo que una joven y una niña, “En un carrito viejo me había venido a buscar y que le mostraron una foto a la vecina y pues ella dijo que me reconoció de inmediato porque yo tengo una igual aquí en la casa que ella ha visto, me dijo que la muchacha dijo que volvería en la noche y así fue”.
“Fue la sorpresa más grande de la vida, Isabel llegó todavía con sol y eso fue, se presentó conmigo y con lo que me dijo casi me da un infarto. Sin más me dijo que era mi hija y me enseñó la foto, me explicó que yo abandoné a su mamá del mismo nombre que ella allá en México. Yo recordaba a Isabel a la perfección, había sido la mejor mujer de las 5 que tuve, nunca me reclamó nada, nunca me hizo dramas porque yo entre la borrachera y las cartas perdía lo que ganaba y llegaba sin un peso a la casa. Ella trabajaba en casa y de la comida que le daban me guardaba un taquito, eso sí, nunca le pegué, eso no va conmigo”.
“Un mal día en una cantina me fue bien y gané dinero, mucho, al salir ya de madrugada me golpearon y me quitaron todo, sentí tanta vergüenza de regresar al cuarto donde vivía con ella que ya no lo hice y pedí raite a una trailero y me fui a Tabasco de cargador, Isabel ya estaba embarazada pero yo nunca lo supe hasta este año. Ella murió de cáncer de seno pero le dijo a nuestra hija que yo era de aquí de Tepic, le dio mi nombre completo, mi edad todo lo poco o mucho que ella pudo y la foto. El destino le puso a Isabel en el camino a un amigo que me conoce y él le dijo dónde más o menos vivía y dio conmigo”. También el destino quiso que la joven se casara con un nayarita que desgraciadamente falleció en un accidente, pero le dejó una pequeña casa a su nombre y a su hija.
Hoy Isabel, Kim y Rutilio forman una hermosa familia. Isa le pidió a su papá que se fuera a vivir con ella y con su nieta, ella trabaja en la cocina de un restaurante y quiere poner una cocina económica. Ahora el abuelo se encarga de llevar a la niña al preescolar y se acomide en un abarrote a barrer la banqueta, acomodar jabas y traer lo que haga falta, es tan feliz que chifla, sonríe y es un hombre alegre que saluda a todo el que pasa por el lugar, dice que la vida le entregó un premio millonario y ha vuelto a creer en Dios, “sin duda (con lágrimas en los ojos), ésta es la primera vez que sé, lo que es navidad”. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo Juanfechavez@gmail.com