LA VERDAD… SEA DICHA/Martín Elías Robles
Qué tal, amigo lector; pues con la novedad de que en el ambiente político de la entidad ya anda alborotado el gallinero, los partidos se han empezado a mover con miras a las próximas elecciones del 2021, hay por ahí una supuesta alianza que pretende darle la batalla al partido de MORENA al que suponen es el organismo político con más posibilidades de ganar.
Esto es lo de siempre, unos son los fuertes, otros los comparsas, pero todos pretenden el botín llamado Nayarit. Así arranca el juego de las pasiones, de las traiciones, de los contubernios, de los arreglos subterráneos, y de todo lo que implica intentar ganar una elección, donde el ingenuo electorado con su voto, es un elemento más en el resultado final de una competencia de mañas y mañosos.
Aquí en la tierra Cora los que ostentan el poder la tienen difícil, su trabajo gubernamental ha estado muy lejos de lo que le prometieron al pueblo con respecto al bienestar y desarrollo que no se ve por ningún lado; a decir verdad, los errores de los del “cambio” afianzan las posibilidades de Morena, y por increíble que parezca abren la oportunidad para que el PRI resurja de sus cenizas como el ave fénix.
Por otro lado, es una desfachatez que los líderes de los partidos políticos sólo aparezcan en épocas de elección para amarrar sus posiciones y sus cuotas de poder, cuando lo que debieran a tantos días de la elección, es velar por los intereses del pueblo. En Nayarit no existe la crítica, ni los pesos y contrapesos, todo se ha vuelto harina de un mismo costal; bueno, sucede hasta en el gobierno donde la división de poderes se percibe como una línea muy delgada casi inapreciable. En fin, es claro, previo a las elecciones de 2021, en la tierra de Nervo, si la ciudadanía despierta de su letargo y no le hace caso a don dinero, y a los merolicos de la política, ahora sí vendrá un verdadero cambio en el desarrollo del estado.
LOS TIEMPOS CAMBIAN. Hace apenas unos cuantos años la vida no tenía mayor complicación en el tema de la comunicación entre las personas, había tiempo para todo; redactar una bella carta, enviar un mensaje telegráfico, o tomar el teléfono realmente significaba una manera desparpajada de entablar comunicación con los familiares o amigos, sin distraernos de las actividades cotidianas.
Luego llegó la modernidad, el avance, las nuevas tecnologías que hicieron posible la comunicación directa, al instante, sin intermediarios y sin escalas. Pero también llegó la esclavitud cibernética, virtual, esta forma galáctica en la que tantos millones de individuos en el mundo han decidido engancharse para vivir pendientes del mundo en internet; las redes sociales, la televisión, su iPod, y sus teléfonos inteligentes, que si bien son una maravilla de la tecnología actual, también han venido a representar problemas en cuanto a la falta de atención por parte de la gente la que ahora trata de atender muchas cosas a la vez para no dejar de estar conectado a la red.
DE MODALES. Hoy más que nunca vivimos en una sociedad cambiante, pujante, que requiere de maximizar todo el esfuerzo para inculcar en los jóvenes la educación y los valores, en la idea de enderezar los conductos para el respeto humano que parece se ha ido olvidando con los años.
Mire usted, amable lector; sabemos desde siempre, existen reglas cívicas que son universales, importantes para afianzar la personalidad y el comportamiento de quienes estamos considerados como personas civilizadas. En esa tesitura, todos los días debemos conducirnos bajo los preceptos de los valores humanos, los mismos que hemos aprendido al paso de los años, ya sea en la casa o en la escuela. No sé si usted aún recuerde cuando en la escuela secundaria llevábamos aquella materia de Educación Cívica, la que a muchos alumnos les parecía aburrida, pero que sin duda, en aquellos insipientes años mozos, fue una asignatura importantísima para consolidar y moldear nuestro comportamiento en la sociedad; para aprender a convivir en la colectividad, pero sobre todo, a dirigirnos con mucho respeto hacia los demás.
Al transcurrir de los tiempos, donde la vida se nos ha venido trasformando con una rapidez meteórica, dando paso a diferentes circunstancias, costumbres y actualidades que tienen que ver con el avance de la tecnología y las novedades cibernéticas, pareciera que empiezan a perderse ciertos detalles esenciales para el buen comportamiento, el respeto y la sana comunicación entre las personas; éstas tal vez han sido algunas de las conjeturas a las que ha llegado la gente del sector educativo, cuando encuentran hoy en día factible y necesario volver como en antaño, a la formación cívica y ética, para nuevamente arraigar en nuestros jóvenes el respeto y la compasión por los seres humanos.
Cuando hablamos con cierta melancolía del respeto hacia los demás, resulta importante señalar que en la pérdida de valores que se palpa en muchos ciudadanos, por desgracia se encona un fenómeno inhumano que viene a repercutir en problemas graves como la situación que nos aqueja con la criminalidad, con la delincuencia organizada. De ahí la imperiosa necesidad de concientizar a los jóvenes respecto a los llamados valores universales. Verá, hoy por ejemplo; resulta muy necesario involucrar al internet en estas cuestiones de educación, valores humanos y seguridad pública; porque con estos gigantescos pasos a la modernidad, tiene también que haber una manera de conciliar la frialdad de la tecnología y la cibernética con el contexto netamente humano para que las personas, y principalmente los jóvenes, se comprometan con su realidad generacional, y con el buen trato entre los seres humanos, más allá de la pantalla virtual, que si bien es cierto es la base del promisorio futuro, no debiera, irónicamente, a veces ser un obstáculo en la clara comunicación de las personas. En fin, no me haga mucho caso, pero, regresar al estudio de la formación cívica y ética es como habremos de volver al camino del respeto ciudadano. Debemos cimentar nuevamente en nuestros jóvenes y niños los valores humanos, esos mismos que en un tiempo fueron la regla para hacer de los hombres y las mujeres personas de bien. robleslaopinion@hotmail.com