Desigualdad y pobreza

Caldero Político

Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que México está en el grupo de países que más desigualdad presenta en la fuente de ingresos de su ciudadanía.

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Conforme a esos datos, de las 34 naciones que la conforman, en México la desigualdad y pobreza en México son 1.5 veces más elevadas que la del promedio del resto de  estos países; asimismo, ambos factores son dos veces superiores a los índices de Suiza, Bélgica o Dinamarca, que tienen los niveles más bajos en esta área. Para salir de ese hoyo se requiere más que voluntad dado que hay que trabajar para generar proyectos productivos, crear empleos y permitir que las familias obtengan más ingresos.

La OCDE informó, además, que la magnitud de los sistemas tributarios de esas naciones es pequeña y en la mayoría la concentración de los subsidios llega a favorecer sólo a ciertos grupos de la población. Como siempre, un país pobre con unos cuantos ricos multimillonarios, gordos y excesivamente acaparadores de empresas y circulante, una dramática desigualdad con quienes ni trabajo tienen.

Creemos, entonces, que los programas del Gobierno Estatal, en particular,  deben luchar contra la creciente desigualdad, con políticas que de forma simultánea reduzcan la brecha de ingresos entre ricos y pobres mientras se estimula el crecimiento económico. Ojalá los encargados de la planeación  fomenten  programas asistenciales que no sean a base de dádivas y privilegios alimentarios o de dinero, sino crear una conciencia de más trabajo, productividad y que las familias se valgan por sí solas.

Pensamos que en estos tiempos no se debe facilitar el camino a la dependencia sino ayudar a las familias a crear su base de progreso mediante el trabajo, el esfuerzo y el mérito individual o colectivo.

La OCDE puntualizó que todos los países que presentan gran nivel de desigualdad de ingresos, excepto Estados Unidos, se caracterizan por tener elevados niveles de pobreza, “muy por encima” de los que se registran entre los países miembros de la comunidad. Ante ello, la  OCDE sugirió a los gobiernos con problemas de liquidez la reducción o eliminación de las exenciones impositivas, las cuales suelen beneficiar sólo a los sectores acomodados, asimismo, recomendó analizar los sistemas fiscales y de prestaciones.

Consideramos que las reformas del mercado laboral permitirán una reducción de la brecha en la protección del empleo de personal temporal y aquellos con contratos permanentes, lo cual derivará en la reducción de 25% la diferencia salarial entre esos dos tipos de empleados.

Ante ello,  la OCDE recomendó a las naciones más desiguales a mejorar los resultados educativos, lo que a la larga impactará en materia de oportunidades de empleo e ingresos. Los pueblos con más educación, con impulso a proyectos productivos, la creación creciente de fuentes de trabajo y con mejores condiciones de seguridad, paz y tranquilidad para la llegada de inversiones, sobresalen y pueden apuntar sus metas al desarrollo económico y al empleo con más visión que otros.

Ese debe ser el rumbo y destino de Nayarit, con más empleos, más dinamismo económico y luchando de manera frontal y permanente contra la desigualdad y la pobreza,  con reconocimiento tácito   de la realidad en que vivimos.

No hay de otra.

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