El belicismo de Corea del Norte

Véritas Liberabit Vos

Las tensiones geopolíticas con las que culminó el año 2015 son elementos importantes que conforman un rudo pronóstico sobre las economías mundiales que puedan tener para este año que inicia; al avance del Estado Islámico en Irak y Siria, la pugna de Rusia con Turquía y Ucrania, la propia guerra civil de Siria y las amenazas de ataques terroristas en países del primer mundo, se une la postura de Corea del Norte que dio a conocer la semana pasada  haber realizado con éxito su primera prueba de una bomba de hidrógeno en un polígono del norte de su territorio, tratándose así de la cuarta prueba de armas nucleares en la historia de este país y la primera con una bomba de hidrógeno, la cual según los expertos libera más calor que el sol y produce explosiones químicas, nucleares y termonucleares; en resumidas cuentas, de ser cierta esta versión, dicha bomba es muy superior a la bomba de uranio que destruyó en 1945 a la ciudad de Hiroshima.

Publicidad

Esta acción norcoreana encabezada por su líder Kim Jong-un quién desde diciembre de 2011 sucedió a su padre Kim Jong-il ha deteriorado aún más las relaciones entre las dos Coreas, poniendo en una situación tensa las condiciones de paz en esa prioritaria área de desarrollo del mundo asiático caracterizada por su avance vanguardista en telecomunicaciones, área industrial, área automovilística y productos químicos principalmente.

La noticia ha sido catalogada por la comunidad mundial como inaceptable o de un grave desafío a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, donde han considerado la postura de Corea del Norte como una amenaza enorme y de no buenas consecuencias para la estabilidad de las relaciones entre Seúl y Pionyang, a lo que estos últimos han contestado abrogándose la posición de ser una potencia nuclear responsable, que solo usarían armas de destrucción masiva si su soberanía se viera amenazada de forma inminente y que dicha explosión no es perjudicial para el medio ambiente ya que dicha prueba forma parte del rumbo estratégico del Partido del Trabajo de Corea.

La lectura que se da a este hecho independientemente de si en realidad fue una bomba de hidrógeno la que fue liberada en ese polígono y que generó según los reportes de observatorios geofísicos varios movimientos telúricos de magnitud cercana a los 5.1 grados, es el regreso a una tensión en la península que viene a agregar otro factor más de incertidumbre a los ya conocidos y comentados aspectos que pueden incidir en el comportamiento de las economías a nivel mundial.

Y decimos de lo extremo de esta zona, ya que hay que recordar que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial esta península, otrora posesión japonesa fue dividida por el llamado paralelo 38 distribuyéndose en el norte las tropas soviéticas y en el sur las tropas norteamericanas, para posteriormente en 1948 quedar constituidas como dos entidades políticas independientes la República de Corea (Corea del Sur) y la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte), era de esperar que las diferencias en los sistemas político sociales que profesaban ambas naciones en un escenario de la Guerra fría desencadenaran un conflicto tal como el que se dio en 1950 participando en ella los Estados Unidos en apoyo a Corea del Sur y las tropas de China y de la URSS del lado de los norcoreanos, esta guerra fue una señal clara de lo que sería el desarrollo del mundo en la segunda mitad del siglo pasado; los dos polos de fuerza el soviético comunista en conjunto con la China de Mao que subía a escena demostrando su poderío militar y de control y por otro lado el bando capitalista de los Estados Unidos, una guerra feroz y local que terminó en 1953, no con un acuerdo de paz, sino con un alto al fuego y la aceptación de una línea divisoria de demarcación de cuatro kilómetros de ancho.

La paz quedó así pendiente metafóricamente de una ligera red por la cual se han colado desde 1960 una cantidad de ataques y provocaciones armadas que han llevado a proponer acercamientos de no agresión  y de unidad nacional, así tenemos los acuerdos de 1972 que se vieron rotos al ver como se iniciaba un proceso de contar con armamento nuclear el cual llegó a puntos culminantes en los años de 2006 y 2009 cuando Corea del Norte inició con las pruebas nucleares las cuales se polarizaron más en el año de 2013 cuando se realizó la tercera prueba militar y donde Corea del Sur respondió con ejercicios militares conjuntos con los Estados Unidos, lo que fue considerado como una declaración de guerra no dicha.

Es por ello que los hechos del pasado día 6 de enero ponen en alerta a un mundo que se debate en los posicionamientos geopolíticos y acomodos estratégicos de este Nuevo Orden Mundial que gira en razón de un tablero de ajedrez donde cada pieza debe ser movida con un esquema matemático, y que tienen como efecto no solo la angustia del conflicto bélico, sino el impacto en los esquemas financieros y sociales.

Esperemos que estos desplantes de fuerza sea como diría Vegecio en su célebre frase “Si vis Pacem para Bellum” (si quieres la paz, prepárate para la guerra) y así al mostrar las armas cada país hace que el otro desista en su acción y por lo tanto se mantenga temporalmente el espíritu irenista.

Publicidad