El Congreso de EE.UU. aprueba una ley que blinda el matrimonio gay frente a una posible revocación de la Corte Suprema

El Congreso de Estados Unidos aprobó este jueves un proyecto de ley histórico para la protección del matrimonio entre personas del mismo sexo que se anuncia como un gran avance para las parejas LGBT.

La Ley de Respeto al Matrimonio fue aprobada por 258 votos a favor y 169 en contra en la Cámara de Representantes tras haber sido respaldada por el Senado con una votación de 61-36 la semana pasada.

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, deberá firmar el texto para que se convierta en ley.

La normativa establece que el gobierno federal reconoce la validez de todos los matrimonios, incluidos los de personas del mismo sexo, y que ningún estado podrá desconocer una unión legal realizada en otro estado.

«Hoy defendemos los valores que la gran mayoría de los estadounidenses aprecian: la creencia en la dignidad, la belleza y la divinidad de cada persona en un respeto permanente por un amor tan poderoso que une a dos personas», dijo este jueves la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.

Del otro lado, el representante republicano Bob Good dijo que «este proyecto de ley ciertamente no respeta la definición de matrimonio de Dios (…) y su definición es la única que realmente importa».

El proyecto de ley también marca un punto de inflexión importante en el proceso de décadas para proteger el matrimonio interracial.

Han pasado 55 años desde que un fallo de la Corte Suprema de EE.UU. legalizara por primera vez el matrimonio interracial en todos los estados, pero hasta ahora no estaba protegido por la legislación federal.

Protección ante posibles cambios

Este impulso para legislar sobre el derecho al matrimonio gay e interracial se produjo después de que la Corte Suprema, dominada por los conservadores, revocara en junio el derecho constitucional al aborto, que había sido legal en todo el país durante cuatro décadas.

En concreto, comentarios de uno de los magistrados del alto tribunal despertaron cierta inquietud de que el matrimonio gay y el interracial pudieran ser anulados por un posible fallo judicial futuro.

El juez Clarence Thomas, al escribir su opinión en el caso de aborto Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization cuestionó la legalidad de otros derechos que fueron establecidos por veredictos de la Corte Suprema y no por la legislación del Congreso.

El magistrado escribió que la corte tiene el «deber» de «corregir el error» de sentencias anteriores de la Corte Suprema que establecieron el derecho nacional a la anticoncepción en 1965, revocaron las leyes estatales contra la sodomía en 2003 y agregaron el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo en 2015.

La opinión de Thomas no mencionó el caso que legalizó el matrimonio interracial en 1967.

Los liberales dijeron que la omisión del matrimonio interracial por parte de Thomas fue hipócrita y motivada por el interés propio, dado que está en un matrimonio interracial desde la década de 1980.

Los conservadores, en tanto, dijeron que el matrimonio del juez negro de la Corte Suprema con una mujer blanca es una prueba de que no existe una amenaza judicial real para los matrimonios racialmente diversos.

Cathryn Oakley, del grupo de defensa LGBT Human Rights Campaign, dice que actualmente no hay estados que desafíen el matrimonio interracial o el matrimonio entre personas del mismo sexo, que ahora son el statu quo según la ley estadounidense.

Lo que la decisión de Dobbs sobre el aborto dejó en claro, afirma, es que «estas cosas que pensábamos que eran leyes establecidas, de las que la gente ha dependido y sobre las que las personas han construido sus vidas, de hecho no están tan establecidas a los ojos de la Corte Suprema de EE.UU. como lo están a los ojos del resto de EE.UU.».

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