El gran legado de Don Benito Juárez García

Caldero Político

Acabamos de conmemorar un aniversario más del natalicio de Don Benito Juárez García, momento propicio para  exaltar la gran obra que este prócer aportó para la construcción de la nación que hoy tenemos los mexicanos, la cual sufre embates diversos que deterioran la unidad y la convivencia pacíficas.

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Con las ideas de Juárez es tiempo de combatir la corrupción, la impunidad y el desánimo; es el momento de revalorar el ejercicio de la política y el reconocimiento de que el pueblo es el que manda y ordena a los servidores públicos.

Estamos ante la inmejorable oportunidad de la sana confrontación de las ideas, de hacer propuestas de altura, del compromiso con sentido social y efectuar  un minucioso análisis de la forma en que vamos a empujar al país al desarrollo con unidad y organización.

Entonces, los mexicanos debemos abanderar causas que procuren la garantía de la paz social para todos los habitantes, y los funcionarios deben enaltecer  la distinción del servicio público otorgando a las instituciones el honroso lugar que merecen.

Juárez recalcaba que la tarea de un gobernante es cumplir y hacer cumplir las leyes, aplicar un ejercicio democrático del mandato del pueblo; nadie contra la ley sin importar condición política, económica o social.

Los principios de Juárez guían sin duda el ejercicio público que debe crear las condiciones para mejorar las oportunidades de desarrollo y progreso de nuestro pueblo transformando nuestro destino.

Juárez llamó a poner  todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz, bajo la protección de las leyes y de las autoridades para cuidar los derechos de todos los habitantes. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos, ya que entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.

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