Como una breve escala antes de pisar suelo mexicano, el sumo pontífice se reunirá en Cuba con el líder de la iglesia Ortodoxa Oriental a casi mil años de su separación con Roma
El Papa Francisco y el jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa se reunirán en La Habana, casi mil años después de que la Ortodoxia Oriental se separó de Roma, en lo que será el primer encuentro en la historia entre un Papa católico romano y un patriarca ruso ortodoxo.
Los dos líderes religiosos, huéspedes de un Gobierno comunista, abordarán el distanciamiento de un milenio entre las ramas occidental y oriental de la Cristiandad. También se prevé que se unan en un llamado para poner fin a la persecución y matanza de cristianos en Oriente Medio. La reunión tendrá además matices políticos, en momentos en que existen desacuerdos entre Rusia y Occidente respecto a Siria y Ucrania. El Vaticano y el Patriarcado de Moscú hicieron el anuncio sorpresivo sólo una semana antes de la reunión.
El Patriarca Kirill llegó a La Habana el jueves y fue recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, que usó un traje en vez de su característico uniforme militar verde olivo.
El Papa Francisco llegó este viernes por la tarde para una escala de tres horas y media en Cuba para luego continuar su viaje a México. Castro es un aliado de Rusia y recibió al Sumo Pontífice católico en Cuba hace sólo cinco meses.
El Papa argentino jugó anteriormente un papel en la reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, que reanudaron sus relaciones diplomáticas tras un quiebre de 54 años. Ahora el Papa busca reparar una ruptura mucho más larga.
La Ortodoxia Oriental se separó de Roma en 1054 y hoy la Iglesia rusa cuenta con cerca de 165 millones de los 250 millones de cristianos ortodoxos en el mundo.
Kirill se quedará durante más tiempo y visitará una pequeña iglesia ortodoxa rusa en Cuba, construida entre 2004 y 2008, a la que asisten rusos que se quedaron en la isla tras décadas de influencia soviética en el país caribeño.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha respaldado a la Iglesia rusa, que a su vez ha apoyado a la política exterior del Kremlin, particularmente en lo relacionado con Ucrania y Oriente Medio. Putin también ha mejorado las relaciones con Cuba, que se vieron deterioradas tras el colapso de la Unión Soviética en 1991