Por Daniel Aceves Rodríguez
Una de las preguntas más comunes que sobre la Historia de México se hacen en los concursos de las Escuelas es ¿Quién fue el primer Presidente de México? La respuesta casi siempre es correcta: Guadalupe Victoria y es precisamente de este importante personaje de nuestra Historia de quién hablaré en estas líneas.
Sabemos que el nombre correcto del primer Presidente de México es el de José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix cuestión que generaría, a que sí esa pregunta nos la hicieran pidiendo el nombre real, creo que difícilmente la respuesta sería la correcta, y haríamos quedar mal a la candidata o concursante, ya que Guadalupe Victoria es un mote tomado por este ilustre insurgente empatizando con el pueblo de México mediante la imagen de la Virgen de Guadalupe y el sentido de las Victorias logradas ante los españoles, no por nada su compañero de armas Manuel Mier y Terán con la confianza que se tenían le llegó a decir que si acaso el fuera designado Presidente desearía llamarse Américo Triunfo.
Al abdicar al trono Agustín de Iturbide el 19 de marzo de 1823, se forma un Gobierno provisional el cual se encarga de rehabilitar al ya disuelto Congreso y este a su vez nombra un triunvirato sucedáneo integrado por Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo ( aquél valeroso insurgente que junto a sus hermanos combatió al lado de Morelos) y Guadalupe Victoria, este poder tripartita formó el Poder Ejecutivo de la Nación, que tenía como principal objetivo establecer las bases para sustentar jurídicamente al nuevo gobierno, objetivo que se logra el cuatro de octubre de 1824 al ser promulgada la Constitución que adopta una forma de Gobierno con un sistema Republicano y Federal, el cual establecía la figura de un Presidente que fuera recipiendario y portador del poder Ejecutivo.
Después de acuerdos y cabildeos donde tuvo mucho que ver la anuencia de los vecinos del Norte, Guadalupe Victoria es nombrado por el Congreso Presidente Constitucional de México un 10 de octubre 1824, quedando como vicepresidente el ilustre y reconocido Nicolás Bravo.
Así con él, se inicia para el país un período Republicano, que dando traspiés erigió las bases jurídicas y sociales que marcarían el destino de la nación, la situación no era sencilla, ya para ese momento las provincias de Centroamérica que formaban parte de nuestro territorio ya habían pedido su separación ante el caos gubernamental que existía, ya también eran marcados los dos grupos políticos existentes y cuyo encono trazaría el derrotero de nuestra historia en los primeros treinta años de vida independiente, me refiero a los conservadores o centralistas partidarios de un gobierno parecido al de la Nueva España, y los liberales o federalistas, que proponían un gobierno como el de los Estados Unidos, ambos bandos directamente emanados de las logias escocesas y yorkinas respectivamente.
Guadalupe Victoria encuentra como primer reto buscar la forma de conciliar estos dos bandos de origen similar pero de ideas irreconciliables cuya lucha fue fiel reflejo de la inestabilidad política que generó ya que en los siguientes treinta años tuviéramos cincuenta presidentes.
Le corresponde a él establecer relaciones diplomáticas con países como Estados Unidos, Inglaterra, América Central y Colombia, construye la Marina de Guerra, da los primeros pasos en la estructura educativa al promover a la Sociedad Lancasteriana como responsable inicial de este importante rubro, da también un cierto orden a la hacienda pública, y en lo que será un acto trascendente se establece la total Independencia de México un 18 de noviembre de 1825.
Es de mencionar que su mandato fue cubierto en forma completa, no así los gobiernos posteriores donde algunos de ellos tendrán una duración efímera, Guadalupe Victoria debería haber entregado el poder al Presidente electo Manuel Gómez Pedraza pero meses antes un golpe de Estado impone como Presidente a Vicente Guerrero quien es investido como tal un primero de abril de 1829.
El nombre de Guadalupe Victoria (no el nombre real) está plasmado con letras de oro en la Cámara de Diputados y nombrado Benemérito de la Patria festejándolo el 25 de agosto.
Nuestro primer presidente que entre sus victorias está haber derrotado el último reducto que los españoles tenían en nuestro territorio justo en el Fuerte de San Juan de Ulúa Veracruz, después de su mandato regresó justamente a ese Estado donde al poco tiempo fue nombrado Comandante general, se casó y tristemente unos años después falleció de ataques epilépticos un 21 de marzo de 1843 a la edad de 56 años.
Por cierto el Presidente más joven en la Historia de México ha sido hasta ahora Miguel Miramón que en 1859 llegó a la Presidencia con tan solo 27 años pero esto, esto será otra Historia…