Don José Antonio Escutia se casó en Tepic con doña María Martínez de Escutia y de ese matrimonio nacieron tuvieron seis hijos. De esos seis hijos, a poco de morir el señor José Antonio Escutia en 1876, solo le sobrevivían don Antonio Escutia Martínez y doña Dolores Escutia de Roger.
Otro de los hijos de don José Antonio Escutia Ubirichaga era Juan Bautista Pascasio Escutia y Martínez, quien había nacido el 22 de febrero de 1827 en Tepic, y habría muerto el 13 de septiembre de 1847 durante la Batalla de Chapultepec, episodio histórico en donde aparecen “Los Niños Héroes”, considerando la historia de México que Juan Escutia fue el cadete que se arrojó del cerro envuelto en la bandera nacional, para defenderla de la invasión norteamericana.
Por supuesto que en el testamento que dictó don José Antonio en vida, ya no aparece el niño héroe ni otros de sus cuatro hijos que ya habían fallecido antes de morir él.
Otro hijo que ya había fallecido era Juan Francisco Escutia, quien contrajo matrimonio con doña Inocencia Quevedo, quienes tuvieron dos hijos: Francisco y José Escutia.
Una de las hijas, Manuela Escutia de Rosin, se fue a residir a la ciudad de Durango.
La casa en donde habitaba la familia Escutia en Tepic les había sido heredada por una hermana de Juan Escutia Martínez de nombre Jesús María Escutia Martínez de la Piedra, quien había muerto en Mazatlán en el año de 1863.
En su testamento el viejo don José Antonio refiere que su finada esposa María Martínez, había traído al matrimonio 3 mil pesos, que se invirtieron, es decir se gastaron “en las atenciones de la sociedad legal”.
Don José Antonio refiere que “el supremo gobierno me es deudor de la suma de veintisiete mil quinientos veintisiete pesos con veintiséis centavos, por la función de mil pesos mensuales que me fue concedida, a contar desde el 8 de abril de 1856, hasta el día 8 de abril último” (1876).
Luego añade que tiene hipotecada su casa a los señores Barrón, Forbes y compañía, por la cantidad de mil pesos.
Que le debe al señor Manuel Zelayeta la cantidad de 462 pesos, por concepto de una casa que rentó desde hacía más de 32 años.
Al señor David Ferguson le debía 150 pesos; Al señor Pedro Aguirre le debía 60 pesos; Al señor Juan A. Tostado 40 pesos; A la testamentaria del señor don Juan Sanromán le debía 20 pesos; A los herederos del señor Cayetano Madrigal les debía 25 pesos; A la administración de Rentas le debía 8 pesos con 32 centavos; Al señor don Jorge H. Roger, 60 pesos; Al señor don Roberto Heaven, también 60 pesos; Y a los señores Barron, Forbes y compañía, otros 90 pesos más.
La imagen del niño Jesús
Don José Antonio Escutia legó al señor Cura Miguel Ignacio Izquierdo, “la imagen del Niño Jesús que me pertenece, para que coloque dicha escultura en el lugar que le parezca de la Parroquia de este lugar, donde se le tribute el culto debido”.
Otros herederos
A su nuera Francisca Sánchez de Escutia le dejó el quinto de sus bienes. Y de lo que restase con todo y gastos de entierro, deja por únicos y universales herederos a sus hijos don Antonio y doña Dolores Escutia Martínez, así como a sus nietos Francisco y José Escutia. Don José Antonio excluyó de la heredad de sus bienes a su hija doña Manuela Escutia de Rosin, por tener ella para vivir cómodamente.
Nombró de albacea al licenciado Tomás Andrade, en segundo lugar a Jorge W. Roger, y en tercer lugar a su hijo Antonio Escutia que también residía en Mazatlán.
El testamento de don José Antonio Escutia se realizó en el despacho de Nicolás Muñoz Ruiz, abogado y escribano público, y ante los testigos, Julio F. Contreras, Matías Díaz, y Pascual García.
Este documento se firmaría el 20 de junio de 1876 con las rúbricas correspondientes.
NOTA: LE AGRADEZCO AL MAESTRO JULIÁN PINEDA GALAVIZ EL APORTE DE DATOS PARA ESTE ARTÍCULO.