La Verdad… Sea dicha
Mi añejo comentario sobre Alí Chumacero
Una mañana de tantas, ajetreada, impredecible y tumultuosa, como suelen ser las que se viven en la Ciudad de México, salí de mi casa presuroso para dirigirme al Metro Etiopía, llegué, compré mi boleto, caminé por el andén y logré introducirme en un vagón justo un segundo antes de que el colectivo iniciara su avance; ya ahí, entre risas, empujones y pláticas intrascendentes de personas extrañas, a las que uno ve con la naturalidad y la reflexión de nada, dirigí toda mi atención hacia los anuncios publicitarios que se encontraban a los costados superiores del vagón, más como una mera forma de aislarme del bullicio, que de interesarme por lo que se anunciaba. Pero, que grata e inesperada fue mi sorpresa; en uno de los carteles instalados leí una información que me llenó de gozo y admiración; el Senado de la República daba a conocer que para ese año de 1996, el Poeta Alí Chumacero, sería galardonado con el Premio Belisario Domínguez, por su aporte a la cultura, y su gran trayectoria literaria, según decía el anuncio. Cuanta alegría, orgullo y emoción viví por unos instantes, al saber que uno de nuestros nayaritas distinguidos estaba siendo reconocido profesionalmente, lejos de casa, de la tierra que lo vio nacer. Recuerdo que salí feliz de la terminal a comunicarle a todas mis amistades sobre el reconocimiento del Maestro Chumacero. Con el tiempo, descubrí que él fue fundador de la revista “Tierra Nueva” y creador de obras literarias como: “Imágenes desterradas” “Palabras en reposo” y “Páramo de sueños” además de haber obtenido infinidad de premios entre los que destaca el “Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatine Lapointe” en el año de 2003. No sé a usted, amable lector; pero a mí me parece que después del genial Amado Nervo, con sus obras místicas y de reflexión; el romanticismo, el sentimiento y la cotidianidad que logra Alí Chumacero en su trabajo literario, que va más allá de la lírica como expresión y comunicación, nos permite considerar que hoy por hoy, estos dos hombres son la representación máxima de la cultura nayarita hacia el mundo, aunque exista entre ellos casi un siglo de diferencia en cuanto a la época vivida por uno y otro. Hoy han pasado muchos años de aquel incidente que le comento, ya no vivo en la Ciudad de México y me he instalado de manera definitiva en esta apacible capital de Nayarit, pero recordé este pasaje vivido en el Distrito Federal, porque al leer un diario de circulación nacional, descubrí (para beneplácito de los que amamos la literatura) que al Maestro Alí Chumacero, alguna vez también le fue ofrecido un homenaje en el majestuoso Palacio de Bellas Artes. Quien lo dijera, éste hombre nacido un nueve de julio de 1918 en el poblado de Acaponeta Nayarit, consiguió lo que muy pocos mexicanos han podido alcanzar, el reconocimiento a su obra en el máximo recinto cultural del país.
Margarita Flores y la ley para las personas autistas
El próximo jueves es el Día Internacional de la Concienciación sobre el Autismo; en relación al tema, luego de que la Senadora Margarita Flores Sánchez en compañía de algunas senadoras del PRI presentara una iniciativa para proteger la accesibilidad a espacios asignados para las personas con discapacidad, también en el Senado de la Republica fijó el posicionamiento de su grupo parlamentario a favor de la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la condición del Espectro Autista. Una Ley que finalmente fue aprobada por los senadores. Margarita Flores comentó que en las personas que padecen autismo, parte importante del tratamiento es sentirse incluidos en la sociedad. Para comentarios mi correo robleslaopinion@hotmail.com