Por lo menos 32 millones de mexicanos podrían padecer depresión a consecuencia de la pandemia de COVID-19, debido a un incremento de alrededor del 25 por ciento de los casos, alertó Aldo Suárez Mendoza, expresidente de la Asociación Mexicana de Psiquiatría, quien añadió que dicha cifra aumentará cuando concluya la emergencia sanitaria y un mayor número de personas afectadas puedan recibir atención médica.
Añadió que antes de la epidemia, entre un cinco y siete por ciento de la población en el país, presentaba problemas de depresión, por lo que se espera “un panorama sombrío” en las enfermedades mentales, porque, además, las personas que ya tenían este tipo de padecimientos podrían ver agravada su condición.
“Estas cifras se están elevando hasta el 25 por ciento de la población. Esto no quiere decir que todas las poblaciones padezcan depresión severa o grave, pero el simple hecho de saber que una cuarta parte de la población mundial o de nuestro país, está ahora bajo el riesgo de tener depresión, estamos hablando de un incremento muy importante”, explicó.
PÉRDIDAS MÚLTIPLES INCREMENTAN CASOS DE DEPRESIÓN
En conferencia de prensa con motivo del Día Mundial de la lucha contra la Depresión -que se conmemora el 13 de enero-, el también maestro en Ciencias por la UNAM, indicó que los resultados de un estudio preliminar denominado “Respuestas emocionales y estrategias de afrontamiento durante la pandemia”, realizado por la Investigadora Luciana Ramos Lira, fueron los siguientes:
- 64.2 por ciento de la población manifestó preocupación
- 25.1 por ciento señaló que siente miedo
- 24.3 por ciento tristeza
- 14.3 por ciento dijo sentir enojo
Aldo Suárez Mendoza, explicó que todas estas emociones forman parte de un estrés crónico que produce depresión y ansiedad, debido al sufrimiento de pérdidas múltiples, como la muerte de seres queridos, el desempleo y la falta de libertad. A lo cual, se suma, el aumento de la violencia intrafamiliar, las catástrofes financieras y la preocupación constante por observar un sistema de salud colapsado.
“¿Qué es lo que ha pasado en esta pandemia? Que este grado de incertidumbre se haya hecho cada vez más amplio y al ser cada vez más amplio muchas de las decisiones de vida que tenemos que tomar en el día a día, se vuelven decisiones de vida o muerte.
“Si voy al super, puede ser una situación de vida o muerte. Si voy a una reunión, aunque sea de cuatro o cinco personas puede ser una decisión de vida o muerte… y algo que sucede es que la población en general está viviendo niveles de incertidumbre más grandes y ¿en qué se convierte la incertidumbre? en un estrés crónico que genera ansiedad y depresión”, indicó.
FENÓMENO DEL HARTAZGO
El psiquiatra Suárez Mendoza, añadió que ante el prolongado confinamiento en México como en otros países, también se vive ya un “fenómeno del hartazgo” que trae como consecuencia que la ciudadanía, ya no quiera seguir los protocolos sanitarios, ni guardar la sana distancia.
Lo anterior, debido a la incertidumbre frente a una pandemia que se ha alargado y que no se sabe cuándo terminará.
“Todas las poblaciones sin importar el tipo de desarrollo del país empiezan a ser afectadas por el fenómeno del hartazgo. Los jóvenes están hartos del confinamiento, empiezan a salir, a tener reuniones y pareciera que los esfuerzos de las autoridades de salud no son suficientes para frenar que la gente deje de salir y se quede en casa… y en general, pareciera que ya resulta imposible lograr que la gente se quede en casa, sin importar lo que pueda suceder”, señaló el especialista.