Entre otras cosas, los investigadores descubrieron que las parejas sexuales de Bond corrieron probablemente el mayor riesgo: 27,1 % de ellas murieron poco después de entregarse a placeres carnales con el agente.
Un grupo de epidemiólogos se tomó la tarea de escudriñar todas y cada una de las 25 películas de James Bond para analizar en detalle los riesgos de exposición a agentes infecciosos que afrontó el 007 durante sus aventuras por el mundo, desde patógenos transmitidos por alimentos hasta garrapatas y ácaros, así como la deshidratación y el sexo inseguro.
Wouter Graumans, William JR Stone y Teun Bousema (del Centro Médico Universitario de Radboud, en los Países Bajos, y la Facultad de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres), consideraron para esa investigación los 86 viajes internacionales que ha realizado Bond a 47 países, excluyendo solo la del espacio y las ceñidas a las recomendaciones para viajeros por parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de cada país.
A continuación, las enfermedades a las que se ha expuesto el agente 007 a lo largo de sus películas:
Enfermedades de transmisión sexual
«Uno de los factores de riesgo más evidentes para Bond en la exposición a enfermedades infecciosas durante los viajes de trabajo es su índice de encuentros sexuales», afirman los investigadores. Se registró un total de 59 encuentros sexuales (una media de 2,4 por película). Al sumar el alto número de relaciones y la ausencia de medidas preventivas (como condones), Bond podría haber contraído algún tipo de infección de transmisión sexual.
Otra conclusión sorprendente, relacionada con los amoríos de Bond, es la elevada tasa de mortalidad entre sus parejas (27,1 %), aunque, según señalan los autores del estudio, «las infecciones de transmisión sexual no desempeñaron un papel evidente en ninguna de sus muertes».
Enfermedades por falta de higiene e infecciones alimentarias
Teniendo en cuenta que la diarrea es una de las dolencias más frecuentes en los viajeros, habría que esperar que Bond tomara precauciones para evitar ese tipo de infección. Sin embargo, en las películas se ve al agente lavarse las manos solo en dos ocasiones, por lo que podría haber estado expuesto a infecciones bacterianas como la salmonelosis. Además, come ostras crudas y frutas sin lavar.
Enfermedades de transmisión respiratoria
En 1967, James Bond viaja a Japón en plena epidemia del virus de la influenza H2N2. Allí, no solo rompe constantemente normas de distancia social, al meterse en unidades de transporte público y entre multitudes de gente sin protección, sino que incluso llega a utilizar un tapabocas ya usado por otra persona.
Enfermedades transmitidas por atrópodos
«A pesar de la transmisión continua de la malaria, el dengue y el chikungunya en varios de los destinos que transitó [como Bahamas, Jamaica o India], Bond no toma ni siquiera las precauciones más básicas contra las picaduras de insectos», señalan los autores de la investigación. En Japón, donde es frecuente la encefalitis japonesa, el agente no solo duerme con ventanas abiertas y sin utilizar insecticidas, sino que incluso ignora el zumbido de un mosquito, que le podría haber transmitido la infección.
Enfermedades transmitidas por otros animales y enfermedades tropicales
En Turquía, Bond viaja en barco y toca cuerdas mojadas sin tomar ninguna precaución ante humedades que podrían estar infestadas con orina de ratas. Luego, en la India es atacado por una sanguijuela, portadora de un virus que puede causar eventualmente bacteriemia y sepsis, y en el Caribe se expone repetidamente a varias enfermedades endémicas.
Deshidratación e insolación
Bond podría haber muerto deshidratado en cualquiera de sus películas, ya que en tan solo tres ocasiones se le ha visto consumir una bebida que no fuera alcohólica, y una de esas veces era agua de mar, que no es adecuada para mantener una correcta hidratación. Además, nunca se observa a Bond aplicándose protección solar.
En conclusión, los autores encontraron a James Bond «poco preparado» para los riesgos sanitarios asociados a los viajes y «especialmente ingenuo» ante la amenaza de enfermedades infecciosas. «Dado el papel central que tienen los agentes con el estatus de doble 0 en las actividades internacionales de lucha contra el terrorismo, esperamos sinceramente que el MI6 se tome en serio su responsabilidad», bromearon los investigadores. «Solo vivimos una vez», agregaron.