La vida silvestre en la reserva está olvidada y descuidada por autoridades ambientales
En la reserva ecológica de la Sierra San Juan se encuentran al menos mil 200 especies de plantas, 330 de aves, 15 de anfibios, 40 de reptiles, y se han registrado especies cuya distribución no existía, incluso está en proceso de descripción, una nueva especie de rana; y toda esta diversidad está en riesgo afirmó el doctor en recursos ecológicos Víctor Hugo Luja.
El investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) y titular de la organización ‘Salvemos Las Ranas!!! Nayarit’, estableció que la importancia de la Sierra San Juan, para habitantes del centro del estado, radica en la diversidad de servicios ecológicos que presta a la región, entre ellos la regulación del clima, captación de agua de lluvia, purificación del aire, retención suelo, entre otros.
También posee al menos siete tipos de vegetación, entre ellos los remanentes del bosque de niebla, el ecosistema más amenazado de México del cual únicamente queda el 5% del ecosistema original en todo el país.
“A pesar de que se han realizado pocos estudios, los pocos datos con los que se cuenta, sugieren que se trata de una zona rica en biodiversidad la cual debería, en teoría, estar protegida y vigilada de manera consistente y lamentablemente la Reserva estatal de la Biósfera Sierra San Juan, existe sólo en papel”, afirmó.
Luja Molina dijo que no existe organismo o dirección gubernamental que administre, gestione y vigile a esta reserva ecológica, a suficiencia, y que ello permite que se lleven a cabo actividades que ponen en riesgo al lugar.
Entre ello, señaló actividades productivas sin control como el cultivo de aguacate, café y la ganadería, así como otras que recaen en la ilegalidad como la tala clandestina, recolección de orquídeas, la cacería e incendios premeditados.
Desde 2012, afirmó el conservacionista, ha trabajado en el monitoreo de fauna de la Sierra San Juan, a partir de lo cual ha registrado las especies de anfibios y reptiles que ahí habitan, por lo que en el transcurso de las visitas a campo, ha sido testigo del deterioro ambiental de la Reserva.
“He visto recolectores ilegales de orquídeas llevando costales llenos de estas plantas, talamontes que llevan camionetas con madera, cazadores y traficantes de animales. Muchas veces son los mismos habitantes de la reserva quienes deben hacer frente a estas actividades ilegales”, destacó.
También refirió la necesidad de expandir vigilancia hacia el bosque adyacente a La Noria, que también presta distintos servicios ambientales; dijo que en este sitio, en el mes de mayo de 2016 se registró la presencia de uno de los mayores depredadores del continente: el puma o león de montaña.
“El puma encuentra refugio en las zonas altas y aún medianamente conservadas de Sierra San Juan, la presencia de depredadores tope como el puma es evidencia que el ecosistema aún funciona ya que estos requieren grandes extensiones de bosque en buen estado de conservación; además, se han registrado también venados, tejones, tlacuaches, y otros animales que son su alimento”, insistió.
La conservación de Sierra San Juan será posible mediante la participación comunitaria y existen personas que habitan al interior de la reserva que pueden fingir como educadores y vigilantes ambientales, aunado a que las autoridades deben atender a cabalidad la preservación de la reserva y lograr restablecer su estatus, finalizó el científico.