Rancho Las Cuatas la volvió a hacer, ahora en el Campeonato Charro Ciudad de Guadalajara
Una semana antes se habían coronado en Puerto Vallarta y ahora se ciñeron la corona del XXVI Campeonato Charro Ciudad de Guadalajara y con el que se conmemoró el 475 aniversario de fundación de la Perla Tapatía.
Los nayaritas hicieron 420 puntos, en segundo Hacienda Vieja “A” con 379, seguidos de Hacienda de Triana Jalisco con 346, 313 Hacienda de Guadalupe “B”, 309 Hacienda de Guadalupe “A” y 296 Charros de La Laguna.
El bicampeón nacional Hacienda Triana de Jalisco salió por delante y caló de 34 Juan Ponce, de los ahora monarcas respondió Celso Treviño con 36 y otros 36 para Javier Leal de las huestes de Nuevo León.
Llegó la hora de “quemar fuste”, un pial de Alejandro Coss y León por Triana de 24 unidades y respondió por los nayaritas “Chiringas” Aceves, con dos de 24 y 24.
En el tumbacuero, la gente de Lagos de Moreno sumó 87 y empataron en 31 y 31, “Pestañas” Martínez y Oscar Guerra. Los nayaritas de Las Cuatas ponen 107, con 37 de “Nito” Aceves, 36 de Diego Ibarra y 34 Jesús Aceves, por 70 de Hacienda de Guadalupe “B” y de esos 35 para Leonardo Leal. En las alturas, los parciales en ese orden, eran: 164-191-106, pero vendría lo mejor.
Fernando Centeno jineteó yegua de 19 y completan la terna jalisciense, lazo de 20 para Alejandro Coss y León, así como 32 del pial en el ruedo del “Pestañas” Martínez.
Rancho Las Cuatas de Nayarit 16 en toro para Diego Hernández, con 63 de la terna que cumplen: Diego Ibarra y José Andrés Aceves. Los neoleoneses 31 del jineteadón de toro para Geovanni López, con 52 de sus terneadores: Manuel Arellano y José Luis Gurrola.
Oscar Guerra ganó 25 en la “greñuda”, mangana a pie de 26 para “Pepe” Samperio, dos a caballo firmó “Pestañas” Martínez de 49 totales por los bicampeones nacionales.
La gente de don Roque González Miramontes ganan 26 en la muy buena monta de yegua de David Vázquez, mangana a pie de “Tipiti” Ibarra de 31 y las tres del “Chiringas” Aceves a caballo, de 20-24-26 y dos de tiempo. La corona ya la tenían sobre sus sienes.