Sarah Ingle de 25 años ha gastado mucho dinero en ropa, pelucas y maquillaje para parecerse a Bella, Cenicienta, Ariel, Elsa y otras princesas. Sarah residente de Denver, Colorado (Estados Unidos) que trabaja como manager de marketing ha gastado más de de 14 mil dólares, sin contar las horas que tarda en transformarse para convertirse una princesa Disney.
Gracias a su parecido con estos personajes, Sarah impulsó a su novio a disfrazarse de príncipe también, para luego crear su pequeño negocio Princess Ever After, en el que la gente puede contratarla para sus eventos con un costo de 145 dólares.
Sin embargo, Sarah afirma que el dinero no es lo que la motiva día a día, sino su amor por convertirse en princesa algún día. “Nada me hace más feliz que ver las caras de los niños cuando ven a su princesa favorita en su fiesta. Ciertamente es un sueño ser una princesa Disney de verdad. Me encantaría ser Ariel. Tal vez algún día vaya a un casting y me den mi trabajo ideal”, finalizó.