Gobierno de EU exige investigación sobre derrame petrolero en California

La empresa Plains Pipeline sólo recibió algunas propuestas para que no vuelva a ocurrir algo similar, pero no fue sancionada

Las autoridades federales de Estados Unidos exigieron una serie de pruebas metalúrgicas para la sección del oleoducto que vertió el martes unos 400 mil litros de petróleo en el condado de Santa Bárbara, California, así como un análisis de las causas que provocaron tal desastre natural.

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La Administración para la Seguridad de los Oleoductos y Materiales Peligrosos (PHMSA) expidió una “acción correctiva” contra Plains Pipeline, la compañía responsable del suceso, que le urge, asimismo, a emprender una investigación independiente sobre las pruebas hechas en el pasado al oleoducto, situado junto a la línea de costa desde 1987.

Estas medidas no son sanciones disciplinarias para la empresa, pero sí deben ser tomadas en cuenta antes de reanudar sus operaciones en la zona.

La empresa ha indicado que revisó la tubería fracturada hace dos semanas, aunque los resultados no se habían tenido antes de que tuviera lugar la catástrofe, indicó Darren Palmer, representante regional de Plains Pipeline.

Antes de esa inspección, la anterior revisión del oleoducto, que puede extraer hasta 22 millones de litros de petróleo en un día, tuvo lugar en 2012.

La tubería, indicaron fuentes de la compañía, transportaba en ese momento unos mil 300 barriles de crudo por hora, cuando su capacidad máxima es de 2 mil por hora.

Los trabajadores de la empresa sellaron manualmente el oleoducto el martes en cuanto percibieron “anormalidades” en su funcionamiento, según dijo la portavoz de Plains Pipeline, Karen Rugaard.

El vertido se confirmó dos horas después en la zona del parque estatal Refugio State Beach.

Unos 80 mil litros de crudo fueron a parar al Océano Pacífico y el resto se derramó sobre la tierra.

El Centro de Información Unificado, al frente de la gestión de la crisis medioambiental, calificó esas cifras como “el peor de los escenarios posibles” e insistió en la necesidad de conocer cómo se produjo la rotura.

Más de 300 agentes y 18 barcos trabajaron durante el pasado jueves para tratar de controlar la mancha y limpiar las extensas zonas de tierra y océano afectadas, unas tareas que podrían alargarse durante meses, según el cuerpo de guardacostas.

A primera hora de hoy, esos esfuerzos se vieron afectados por los vientos que azotaban la costa californiana provocando un fuerte oleaje, confirmaron a Efe fuentes locales, que especificaron que la mancha se extiende a lo largo de 15 kilómetros de costa.

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