El secretario de Justicia, Jeff Sessions, revoca una política iniciada durante la presidencia de Barack Obama que había relajado la aplicación de leyes federales
El secretario de Justicia de Estados Unidos, Jeff Sessions, derogó una norma sancionada bajo la presidencia de Barack Obamaque allanó el camino para la legalización de la mariguana en todo el país, lo que genera confusión sobre la represión y el consumo tres días después de que entró en vigencia la legalización en California.
Sessions permitirá a los fiscales federales en las entidades donde la mariguana es legal decidir con cuánta fuerza aplican la ley federal de vieja data.
El anuncio de Sessions provocó una reacción adversa inmediata del senador republicano Cory Gardner, de Colorado, uno de los ocho estados que han legalizado el consumo recreativo de la yerba.
Gardner tuiteó que el Departamento de Justicia “ha pisoteado la voluntad de los votantes” de Colorado y otros estados.
Dijo que la medida contradecía lo que había dicho Sessions antes de su juramentación como procurador general.
El gobernador añadió que estaba dispuesto a tomar “todas las medidas necesarias” para combatir la medida.
“Al decidir qué actividades relacionadas con la mariguana se deben reprimir con los recursos finitos del departamento, los fiscales deben aplicar los principios consagrados que rigen todos los procesos federales”, escribió Sessions en un memorándum a los fiscales federales.
La decisión seguramente acrecentará la confusión acerca de si se puede cultivar, comprar o consumir mariguana en los estados donde ya es legal, ya que la ley federal lo prohíbe.
Las encuestas revelan que una gran mayoría de estadunidenses creen que la droga debe ser considerada legal.
Sessions ha aplicado una agenda en el Departamento de Justicia acorde con las prioridades del gobierno de Donald Trump en materia de inmigración, opiáceos y otros asuntos, pero los cambios con respecto a la yerba reflejan sus propios intereses.
Sessions ha comparado la mariguana con la heroína y le ha atribuido los picos de violencia y se preveía que tomaría medidas represivas.
Los partidarios de la legalización dicen que ésta elimina la necesidad de un mercado negro y reduciría la violencia, ya que el comercio de marihuana dejaría de estar en manos de delincuentes.
El gobierno de Obama anunció en 2013 que no impediría la legalización en los estados siempre que sus autoridades impidieran el transporte a lugares donde seguía siendo ilegal o que cayera en manos de menores de edad y de pandillas criminales.
Sessions derogará esa norma, que había aclarado cómo respondería el gobierno federal a medida que los estados empezaban a autorizar el consumo medicinal o recreativo.
Desde entonces, el negocio del cannabis se ha convertido en un sector que mueve muchos millones de dólares y sus impuestos financian escuelas, programas educativos y fuerzas del orden.
Ocho estados y la capital han legalizado el consumo recreativo.
Se calcula que las ventas en California permitirán recaudar mil millones de dólares anuales de impuestos en poco tiempo.