Gobiernos éticos, austeros, sobrios: Mujica

Con visión ciudadana

México es un país de contrastes, de majestuosas bellezas naturales, de gran riqueza cultural y de recursos naturales, pero también cuna de una idiosincrasia tan pobre que se ha permeado en todos los estratos sociales y es a mi parecer el principal cáncer que ataca a nuestro país, y es que esta idiosincrasia es la fuente de la brutal corrupción que sirve de inamovible lastre para el desarrollo de nuestro país, para la cultura de la impunidad, del gandallismo y de tantas otras actitudes tan perversas y poco productivas para la sociedad y el país, y el daño mayor llega cuando nuestra clase gobernante potencializa esta idiosincrasia negativa cuando obtiene el poder y se hace allegar de recursos e influencia política.

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El otrora presidente de la República de Uruguay, José Alberto Mujica Cordano, fue durante todo su mandato un estandarte de la lógica gubernamental, de las buenas maneras de un servidor público y sobre todo un faro de esperanza que todavía existen buenas personas y políticos que de llegar al poder público pueden marcar una diferencia. Durante su mandato, y es un tema que ya había tocado en este mismo espacio, la austeridad fue llevada a un nivel que para muchos mexicanos acostumbrados a una verdad totalmente distinta, parecía incluso broma, lejos de las camionetas blindadas, de los costos vestuarios o de los lujos que acompañan al jet set político, “Pepe” Mujica, se mantuvo sencillo, con un vehículo, casa, vestiduras modestas, reflejo digno de una realidad que atravesaba la gran mayoría de sus connacionales.

Y esto por convicción, no como un acto de propaganda política sino como una declaración de conciencia y de intenciones, el ex presidente Mujica dejó claro que si bien la manera tradicional de presentar a un político exitoso, a un mandatario de un país está muy generalizada, no es el único camino a seguir, con la firme intención de hacerlo se puede tomar un camino mucho más adecuado a la situación financiera que atraviesa el país, el único requisito es tener la voluntad de hacer el cambio y de inspirar con el ejemplo.

Todo esto lo digo pues hace algunos días se volvió viral un mensaje que el ex presidente Mujica publicó en sus redes sociales, en el cual invitó a los mandatarios a nivel mundial a actuar de acuerdo a la realidad de sus países, si se es una nación pequeña o se atraviesan dificultades económicas, se debe predicar con el ejemplo y aplicar la ética, la austeridad y la sobriedad hasta las últimas consecuencias, en nuestro país hemos escuchado hasta el cansancio el discurso de la austeridad que en papel suena muy prometedor y en la práctica los recortes vienen a gastos que no necesariamente se pueden apreciar, quizá la reducción de algún sueldo de algún funcionario escondido en un escritorio, reducción a las prestaciones de funcionarios de confianza, en fin esfuerzos aislados que no se reflejan en la actitud y apariencia de los altos funcionarios, el legado de Mujica es histórico no solo en Uruguay, el resto del mundo conoce y tiene como referencia al ex presidente, quizá tomar una hoja de su libro no sea mala idea y crear un gobierno ético, austero y sobrio no sea una mala idea.

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