Miles de guatemaltecos se manifestaron el sábado pacíficamente, pese a una fuerte lluvia, para repudiar la corrupción y dar impulso a las acciones de la comisión antimafias de la ONU, que ya provocaron la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti.
Los manifestantes se concentraron en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, donde entonaron el himno de Guatemala y levantaron cientos de carteles con mensajes contra la corrupción, los jueces, el Legislativo, los partidos políticos y el gobierno de Otto Pérez, quien preside el país desde enero de 2012 y cuyo mandato termina a principios de 2016.
Los analistas coinciden en que la manifestación, como la que se realizó a finales de abril para exigir la renuncia de Baldetti y del propio Pérez, representa un “hito histórico”, debido a que refleja una reacción sin precedente de la población contra el estado de cosas desde el restablecimiento de la democracia en 1985.
El movimiento, que no responde a la convocatoria de ningún grupo o partido, comenzó a gestarse a través de llamados que jóvenes hicieron por redes sociales.
En la manifestación de ayer convergieron estudiantes universitarios, familias completas con niños en brazos, jóvenes, personas de la tercera edad y campesinos, entre otros.
“Lo que pedimos es que haya una reforma profunda del sistema político, no más manipulación de los electores, que la Cicig (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, de la ONU) lleve a juicio a los responsables y que devuelvan el dinero”, dijo Daniel Pascual, coordinador del Comité de Unidad Campesina (CUC).
Los manifestantes también mostraron pancartas en contra de los partidos políticos que se aprestan a luchar por el poder en los comicios generales del 6 de septiembre y varios de los presentes repitieron que todos buscan un mismo fin: “robar”.
Corearon “no te toca, (Manuel) Baldizón”, en referencia al candidato opositor que encabeza las intenciones de voto, según las encuestas y quien desarrolla una millonaria campaña diciendo que “le toca”, según la tendencia de los anteriores procesos electorales tras haber quedado en segundo lugar del escrutinio en 2011.
