Caldero Político
Tiene mayor relevancia en los países o sociedades con una cultura política de baja información o donde la polarización social es demasiada. Entonces, la guerra sucia electoral exhibe lo peor de los partidos políticos mexicanos, y de sus candidatos, desde luego.
Muy apretadamente la tónica de campaña sucia enseña lo siniestro que son los grupos internos que la promueven, los militantes que la ejecutan y los líderes que la avalan.
Aquí deben sumarse los legisladores que aprueban leyes que no la impiden y a las autoridades electorales incapaces de detener y sancionar a los participantes.
En términos generales, los involucrados en la guerra sucia electoral están dispuestos a todo con tal de que los contrincantes no les arrebaten el poder o a ponerles piedras en el camino ante la certeza de que lleguen a fortalecerse.
En estas elecciones se ve cómo actores políticos recurren a cualquier artimaña ilegal o no ética para tundir a los opositores, muchas ocasiones internos, compañeros suyos, a los que tampoco respetan.
El sociólogo alemán Max Weber decía que quien hace política es aquel o aquellos que desean el poder para la consecución de otros fines, o simplemente para tener el poder y lograr sus objetivos personales o grupales.
Suponemos que en las democracias modernas donde las reglas políticas entran en un “juego político” más consolidado y en donde la sociedad tiene un peso específico, la política sirve como la estrategia para lograr objetivos socialmente positivos. Es decir, la política al servicio de la comunidad.
La guerra sucia electoral adquiere otra dimensión cuando se fomenta no sólo desde los partidos políticos, de alguno de sus subgrupos o desde alguna institución política o gubernamental.
Habría que diferenciar qué es la guerra sucia electoral y qué es un discurso congruente contra la corrupción, la mentira, la demagogia y el autoritarismo.
Estamos en un proceso electoral en el que la guerra sucia empezó. Donde conforme pase el tiempo es previsible que arrecie. Se advierte en las redes sociales, donde se difama, miente o desinforma, desde “usuarios fantasmas” conocidos como bots, cuentas falsas o hackers.
Esperemos que la guerra sucia y la manipulación a la hora de las elecciones no dividan más a los mexicanos ni perjudique el desarrollo político, económico y social de México. Mejor para todos, que tomemos conciencia ciudadana y criterio político para tomar buenas decisiones.
QUE TENGAN EXCELENTE SEMANA.