Véritas Liberabit Vos
Estas contundentes palabras pronunciadas ante los deudos de los caídos, refrendaban una vez más de manera clara y contundente la importante labor que realiza nuestro ejército mexicano para la salvaguarda de la Nación, dio a entender que las fuerzas armadas son un instituto de paz para la paz, constituido por patriotas valerosos, altruistas y disciplinados en quienes podemos confiar y a los que debemos mucho de esa libertad que hemos celebrado en el mes que acaba de concluir, y que se vio ensombrecida con ese artero y criminal ataque hacia soldados que cumplían su labor al servicio de la patria.
En efecto, los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas que en todo momento actúan conforme a derecho y bajo los lineamientos que establece nuestra Constitución y su mando directo que recae en su jefe Supremo que es quien detenta el Poder Ejecutivo con todas las prerrogativas y derechos que le confiere nuestra Carta Magna.
Históricamente nuestro ejército toma su base del pueblo del que siempre se ha nutrido, y es a partir de los Tratados de Teoloyucan efectuados en el año de 1914 en que quedan establecidas sus bases constitutivas en su carácter de único Ejército Nacional con características completamente diferentes incluso a los ejércitos de modelos alemanes y franceses que eran lo que en aquél tiempo imperaba como base de la conflagración mundial existente, este nuevo ejército será tomado después como modelo en las demás naciones de América latina.
El ejército está constituido por hombres disciplinados que son formados en una total vocación de servicio, el cual es llevado a su máximo nivel de entrega cuando sus acciones les llevan al extremo de arriesgar su vida por la defensa, permanencia y mejoramiento de nuestra sociedad.
Así es común ver a nuestros soldados luchando hombro a hombro junto a la sociedad ante desgracias tales como inundaciones, sismos, incendios en ciudades y bosques, donde sin importar las inclemencias del fenómeno meteorológico están a pie firme dándole la mano al hermano en desgracia, otras veces se le ve atravesando el desierto o la selva para llevar alimento, medicinas y ropa a quién lo necesite, atendiendo enfermos, transportando materiales de construcción y levantando diques o reparando puentes, uniendo familias o rescatando heridos, siempre adelante; realizando esta labor en condiciones por demás arriesgadas, poniendo en juego muchas veces su vida.
Es vital también el apoyo dado por este instituto a los cuerpos de seguridad donde con gran entrega y valentía contribuyen en la lucha contra el crimen organizado y principalmente contra el flagelo del narcotráfico, así como contra grupos subversivos y terroristas que atentan contra los intereses y la soberanía de nuestro país.
El pueblo de México sabe todo esto porque ha sido testigo y beneficiario directo de la acción de nuestras Fuerzas armadas, por eso a pesar de las evidentes intenciones de grupos ocultos que se manifiestan en algunos tipos de medios nacionales y extranjeros para desacreditar la noble labor del Ejército, la lealtad de éste y la moral del soldado, demuestran lo calumnioso de tales impugnaciones. Ahí queda la historia en su patriota participación en el año de 1968 que con una actitud valerosa evitó el triunfo de la subversión que intentaba desestabilizar al país previo a las Olimpiadas donde seríamos sede, el combate de los años setentas contra la guerrilla urbana y la incrustada en las sierras de Guerrero y Oaxaca; su heroica entrega en el año de 1994 en los Altos de Chiapas ante el alzamiento zapatista que cimbró las bases de un México que entraba justamente en ese momento a un Tratado de Libre Comercio junto a Estados Unidos y Canadá, su guerra frontal contra el narcotráfico en el sexenio pasado, así como lo que a la fecha se ha tenido con su presencia leal en cada una de las acciones donde se han requerido.
Por esta razón las palabras expresadas por el Secretario de la Defensa ante el artero ataque a estos heroicos soldados, pone de manifiesto una vez más que si los mexicanos hemos podido gozar de un país en condiciones de estabilidad social, política y económica es en parte muy grande a la función que históricamente ha desempeñado el valeroso Ejército Mexicano salvaguarda de la soberanía, baluarte de nuestro pueblo, en el que deposita la confianza, la estimación y el agradecimiento por su paradigmático cumplimiento del deber.
Nuestro reconocimiento a todos los valerosos soldados que día a día entregan su vida al servicio de México.