Con la conmemoración hacemos conciencia y apoyamos a los niños y sus familias que enfrentan esta enfermedad
Desde el 2002, cada 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se presentan 14 millones de casos nuevos en niños de todo el planeta.
Nuestro país, lamentablemente, no es la excepción. Cada año, el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) registra alrededor de 550 nuevos casos de cáncer en menores de 15 años.
De estos, 225 son por leucemia, un tipo de cáncer que afecta las células sanguíneas. La más común en el país, al igual que en todo el mundo, es la leucemia linfática aguda. También son frecuentes los casos de tumores cerebrales y tumores malignos en diversas partes del cuerpo.
“Al ser niños, sus posibilidades de curación son mucho mayores que los adultos. Es un camino largo y tortuoso; pero no hablamos solo de curarlos, sino de que posteriormente tengan una vida plena”, nos explica Juan Luis García, médico oncólogo pediatra.
Sin embargo, esto no siempre es posible debido a que no hay una cultura de detección temprana del cáncer en nuestro país.
Muchos de estos casos se presentan en estadios muy avanzados de la enfermedad.
“Esto hace que el tratamiento sea más largo, costoso y que el paciente tenga menos posibilidades de superar la enfermedad”, afirma García.
A diferencia de los casos de cáncer en adultos, en los niños no se puede hablar de prevención, debido a que la mayoría de las neoplasias pediátricas no tiene una causa definida. Por eso son tan importantes los chequeos constantes y una actitud siempre alerta.
El tratamiento, que según sea el caso incluye quimioterapia y cirugías, suele tomar alrededor de tres años. “Poco a poco van tomando fuerzas y recuperando su salud, pero mientras dura, estos niños también necesitan amor y sus padres requieren apoyo y educación”, dice Maricarmen Velandres, enfermera oncológica pediátrica y administradora de la Casa Magia Teresa Pasco Ramírez.
Esta institución (Jr. San Agustín 634, Surquillo) brinda albergue a niños y sus padres provenientes de provincias que asisten al INEN, para hacer su tratamiento contra el cáncer.
Además de la poca detección temprana, otro gran problema es que la pediatría oncológica no suele formar parte del currículo de las escuelas de medicina. Además, no todos los doctores realizan internados en el INEN. “Los médicos que trabajan en pediatría deben tener ese conocimiento. No se le puede pasar la detección de estos cánceres”, afirma Velandres.