Una campaña publicitaria elaborada en París ha dado la vuelta al mundo gracias a su efectivo resultado.
Una serie de peatones que cruzaban el semáforo en rojo se vieron involucrados en el proceso, al escuchar el sonido de un carro frenando bruscamente.
El ruido era producido por una bocina, mientras que una cámara captaba las expresiones de sus rostro al sentirse cerca de la muerte.
El clip ha logrado más de cuatro millones de reproducciones, así como la reflexión de miles de despistados.