In hoc signo vinces

Véritas Liberabit Vos

Este día 3 de mayo será bonito ver la tradición en todas aquellas obras en construcción que con orgullo lucirán en su parte hasta ese momento más alta una cruz de madera principalmente orlada con vistosos papeles de china y flores que alegran la mirada y le disputan al viento la oportunidad de ondear en un vaivén de colores de una sencilla magnificencia, y más tarde al derredor de una buena fogata se disfrutará de un ameno, delicioso y pantagruélico convivio donde los tacos de diferentes variedades serán degustados al calor de la compañía y también al calor producido por alguna otra bebida espirituosa, eso si el contratista se ve amable y desprendido; hoy el duro sol sobre la piel, la carga pesada de los ladrillos o el suave olor de la mezcla húmeda no serán el común denominador de los trabajadores de la construcción quienes han tomado el día de La Santa Cruz como su día,  el día en que se reconoce ese digno oficio de albañil, término que se deriva del vocablo árabe “albanni” que significa el que construye o el que edifica, para ellos, los respetables “maistros” de la construcción.

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La conmemoración de este día está ligado con otros acontecimientos fundamentales ocurridos uno el 3 de mayo, 28 de octubre y 14 de septiembre, aunque con diferentes años, pero todas ellas relacionadas con un símbolo que las amalgama, que es La Santa Cruz, leitmotiv de cada uno de estos hechos y fundamento basal que da forma a la celebración del día de hoy.

Flavio Valerio Constancio, también conocido como Constancio I o Constancio Cloro fue emperador del Imperio Romano de Occidente desde el año 293 hasta el 306, su segunda esposa de nombre Elena y a la vez madre de Constantino que llegará al poder como Constantino I, mujer devota que buscaba afanosamente encontrar vestigios de la Pasión de Jesús, en particular la Cruz de su sacrificio, así después de muchos intentos y asesorada por los más influyentes sabios de la época, pidió permiso a su esposo para demoler un templo pagano que se había construido encima del Monte Calvario, ahí se dice los trabajadores de la construcción encontraron asombrados, enterradas tres cruces con toda la referencia de ser una de ellas la cruz del Redentor y las otras las de Dimas y Gestas los ladrones que fueron crucificados junto a él, mencionan los escritos que la evidencia fue mayor cuando al acercar esta cruz a un albañil que había muerto un día antes durante los trabajos, este resucitó obrándose en él ese milagro, por esta razón la madre de Constantino fue canonizada como Santa Elena de la Cruz y el 3 de mayo ya en el actual calendario gregoriano, reconocido como el Día en que venera la Cruz y derivado de que fueron los albañiles la parte principal de este hecho, aquí en México la influencia de los evangelizadores unieron este día a la de los aborígenes que por estas fechas iniciales de mayo pedían por el buen temporal de cosechas, así sincréticamente se fue desarrollando y arraigando en los usos y costumbres de nuestra Patria.

A la muerte de Constancio, lo sucede en el trono su hijo Constantino I a quién como emperador le toca pelear contra el general Majencio en una desigual batalla donde tenía todas las adversidades para poder vencer, un día antes narra la historia que al pedirle a Dios su apoyo para la batalla vio  junto a todo su ejército, casi al ocaso aparecer en el cielo la imagen de una Cruz y junto a ella la frase In Hoc Signo Vinces (con este signo vencerás) y esa noche en sus sueños recibió la orden de hacer un estandarte con ese signo que había visto en el cielo y utilizarlo en todas sus batallas, así lo hizo un 28 de octubre de 312 en la Batalla de Puente Milvio, las tropas de Majencio fueron derrotadas por las huestes de Constantino, la derrota fue total que Majencio al huir pereció ahogado en las aguas del río Tiber.

Como resultado de esta victoria de Constantino fue la Cruz la que remató desde lo más alto desde la fortaleza real hasta todas las construcciones y banderas, derivado de ello surge el Edicto de Milán, en el año 313 donde se establecía la Libertad de Religión en el Imperio romano y con ello el fin de las persecuciones a los cristianos, etapa conocida como La Paz de la Iglesia.

Siglos después en el año de 614 la Cruz fue tomada de Jerusalén por los persas y llevada como trofeo de guerra, años después en el 628 Heraclio la rescató y la devolvió a Jerusalén, se narra que por el gusto de recibirla de nuevo, se hizo una procesión por aquellas calles de la Vía dolorosa con toda la gala y pompa que el acontecimiento ameritaba, sin embargo el Emperador se veía impedido para avanzar, algo de pronto lo hacía no poder caminar; el Arzobispo aconsejó desprenderse de todos esos ornamentos lujosos que cubrían su cuerpo, y así de una manera humilde la procesión llego hasta el lugar que le correspondía, donde desde entonces y para evitar robos, una parte se mandó a Roma, otra a Jerusalén y otra se hizo pequeñas astillas para enviarse a muchos lugares, una reliquia una parte de la “Vera Cruz” de la verdadera Cruz.

A todos los trabajadores de la construcción. ¡Feliz Día!

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