Francisco Javier Acuña, comisionado del organismo, dice que el protocolo usado por la FMF para el Fan ID es excesivo, invasivo y pone en riesgo datos de menores de edad
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) inició una investigación de oficio contra la Federación Mexicana de Futbol por las medidas de seguridad que pretende implementar en el acceso a los estadios, consistentes en recabar datos personales de los aficionados e incluso establecer vigilancia de reconocimiento facial.
Por su parte, la Red por los Derechos Digitales (R3D) aseguró que dichas medidas son demagógicas, autoritarias y desproporcionadas y convierten a los aficionados prácticamente en reos.
Francisco Javier Acuña, comisionado del INAI, informó que la Femexfut debería haber solicitado al INAI una evaluación de impacto de las medidas que pretende implementar, pero hasta hoy no lo ha hecho.
Acuña afirmó que el protocolo que han anunciado es excesivo e invasivo, y que es inaceptable, pues no guarda proporcionalidad con el fin que persigue, además de que pone en riesgo datos de menores de edad.
“Ellos están avisando un planteamiento que es del todo riesgoso, grave y agravado, y lo que toca hacer es que ellos debieron haber pedido al INAI una evaluación de impacto para que nosotros les podamos decir si lo que pretenden recabar de datos personales tiene proporcionalidad con los fines para los que persiguen esto y que tengamos la seguridad de que las bases de datos donde van a resguardar esta información estarán blindadas de cualquier uso indebido por parte de la Femexfut”, explicó.
Sin embargo, dijo que la Femexfut no se ha acercado al INAI y “apenas nos han mandado una carta pidiéndonos una cita”. Hay que recordar que en el partido del jueves, entre México y Estados Unidos, en el estadio Azteca, ya comenzó a aplicarse el protocolo de forma masiva a los 50 mil aficionados que asistieron al inmueble, por lo que hay más elementos para la investigación que emprendió el INAI.
“Iniciamos una investigación de oficio porque esto ha generado, desde hace unos días, muchísima preocupación de la sociedad”, agregó el comisionado.
Por otra parte, Luis Fernando García, director general de la R3D, dijo que no existe garantía de que las instituciones públicas y privadas que pretenden recabar y compartir datos sean capaces de cuidar la información personal que recolecten, debido a la corrupción e incapacidad que impera en ellas.
Recordó que incluso instituciones como bancos o dependencias federales, con un mayor nivel de seguridad en sus sistemas, han permitido la filtración de bases de datos, por lo que los clubes deportivos son menos confiables.
En relación con la vigilancia con reconocimiento facial arremetió contra la propuesta y dijo que esas medidas son demagógicas y buscan distraer de la responsabilidad que les corresponde a los clubes.
“Solo buscan estigmatizar, demonizar a la afición, en particular a los grupos de animación, y convertir a la afición en el enemigo y en el sospechoso. Esas medidas convierten a los estadios en prisiones y a los aficionados, en reos que tienen que estar siendo vigilados 90 minutos porque son potenciales delincuentes, cuando en Inglaterra no fue con el registro de todos los aficionados, ni con el reconocimiento facial, como se ha mitigado la violencia”, aseguró.
Además, dijo que esta tecnología de vigilancia con reconocimiento facial es sumamente falible y puede generar graves casos de identificaciones equivocadas o falsos positivos, “que terminen marginando a personas por ser identificadas de manera errónea o que sean identificadas como perpetradores de hechos de violencia cuando no participaron”.
Asimismo, añadió, preocupa que se pretenda marginar del acceso a los estadios a las personas con antecedentes penales, “lo cual es problemático e ilegal porque las personas con antecedentes penales, pero ya con pleno ejercicio de sus derechos, tienen derecho a acceder a un espectáculo; que tenga antecedentes penales no quiere decir que va a cometer hechos de violencia”.
Por último, explicó que la vigilancia a través del reconocimiento facial es una medida propia de regímenes autoritarios y prohibida en muchas ciudades del mundo por los errores en que caen los sistemas y la discriminación que puede provocar.