Tras recibir a las tortugas marinas que cada año visitan las costas de Puerto Vallarta (Jalisco) y Riviera Nayarit (Nayarit) para desovar convirtiendo a estos destinos del Pacífico mexicano en santuarios de esta especie animal milenaria y en el escenario de la liberación de más de un millón de crías.
Después de recorrer miles de kilómetros por las aguas del océano Pacifico y como cada año, coincidiendo con el inicio del verano, las tortugas marinas llegan a los 42 kilómetros de litoral de Puerto Vallarta, en Jalisco, y a los más de 300 kilómetros de Riviera Nayarit, en Nayarit, para desovar. Lo hacen a partir de junio y así cumplen su ciclo vital. Entre las distintas especies que visitan las playas nayaritas y vallartenses, la más común es la golfina que con el caparazón en forma de corazón llega a medir entre 60 y 70 centímetros y su peso oscila entre 40 y 100 kilogramos. Son omnívoras, se alimentan principalmente de peces, cangrejos, camarones, caracoles y algas, y para desovar cavan nidos de hasta 40 centímetros de profundidad que cubren con arena lanzada con sus aletas. También la carey es otra especie común en la zona y, con menos frecuencia, la negra y la alud.
Cada día, durante el mes y medio que dura su llegada, los socorristas durante el día y el personal de ecología por la noche recorren los 42 kilómetros de litoral de Puerto Vallarta que va desde Playa de Oro hasta la Playa de los Muertos y los 307 kilómetros de Riviera Nayarit las costas para detectar los lugares de desove y de inmediato poner a resguardo los huevos en los viveros con vigilancia.
Los campamentos tortugueros de Puerto Vallarta
En Puerto Vallarta existen dos campamentos tortugueros, el pequeño con capacidad para 100 nidos -en la playa del hotel Secrets- y el más grande en la playa del Holy que recibe casi 900, mientras que Riviera Nayarit alberga más de una decena de campamentos tortugueros en los que se lucha por conservar y proteger a las diferentes especies y se liberan más de un millón de tortugas por temporada de anidación y liberación, que se inicia en junio y termina en febrero aproximadamente.
Una vez que los huevos son sembrados en estos nidos hay que esperar 45 días para que se registren las primeras eclosiones y comiencen a nacer las crías, éstas por instinto buscarán su camino al mar para así comenzar el reto de la supervivencia en el Pacifico, aunque, apunta el director del Programa de Protección a las Tortugas Marinas de la subdirección de Ecología de Puerto Vallarta, Ildefonso Ramos, “solo algunas cuantas logran llegar a la edad adulta, de ahí la importancia de protegerlas”. Por eso recomiendan no acercarse a menos de diez metros y si se les observa por la noche es importante no alumbrarlas con luz directa de linternas o del móvil. Y recordó, “la compra, venta y consumo de huevos o carne de tortuga es un delito federal que se castiga con cárcel y hasta nueva años de prisión”.
Todos estos esfuerzos en la protección de las tortugas marinas responde a la filosofía de ambos destinos del Pacífico mexicano de apostar por la conservación de la fauna natural de la región, la preservación del medio ambiente y la sostenibilidad, el tema principal que este año defiende la Organización Mundial de Turismo y que ha convertido el litoral de ambas regiones en un auténtico santuario de la tortuga marina.
Hasta octubre, los visitantes y locales podrán ser parte de esta actividad 100% familiar que permite vivir la experiencia de poder liberar a las pequeñas tortugas marinas para que se integren en las tranquilas y cálidas aguas de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit. Después, volverán a lo largo de su vida ya que señala Ildefonso Ramos, “las tortugas tienen muy buena memoria, reconocen con mecanismos muy específicos el lugar de su nacimiento por lo que siempre regresan”.
Los campamentos tortugueros de Riviera Nayarit
Además de los mencionados campamentos de Puerto Vallarta en la playa del hotel Secrets y en la playa del Holy, Riviera Nayarit cuenta con más de una decena de ellos. El que libera el mayor número de tortugas al año, alrededor de 400.000, es el de Nuevo Vallarta que, gestionado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), realiza actividades para el público, aquí también se encuentra el campamento Vidanta. Los hay en playas vírgenes como el de El Naranjo, en la Peñota de Jaltemba, donde se puede acampar o el de Boca de Chila, en el poblado de Zacualpan. Un campamento que actualmente tiene dos frentes de protección y resguardo en los 8 kilómetros de playa y libera un promedio de 70.000 crías por temporada. En el campamento de Platanitos, además de poder ser testigo de este espectáculo natural, también se puede disfrutar cada año del Festival de la Tortuga Marina.
En Punta de Mita, se encuentra el campamento tortuguero Careyeros-Litibú con una extensión de 4 kilómetros. En la comunidad del Monteón, en Compostela, está el campamento Punta Raza que vigilado por voluntarios en 2016 llegó a liberar alrededor de 4.000 tortugas. En el pueblo mágico de Sayulita, considerada la capital del surf de Riviera Nayarit, existe desde 2007 otro campamento frente a la Casa del Mar en la zona norte. También hay campamentos en Lo de Marcos, el lugar con más paz del destino y en el Histórico Puerto de San Blas, hogar de múltiples especies que bajo en nombre huichol Aayetsie Wakie, que significa “nido de tortugas», llega a liberar alrededor de 50.000 ejemplares por temporada. También San Pancho, la capital cultural de Riviera Nayarit, ofrece múltiples espacios para cuidar y ayudar a las tortugas.