Kim Kardashian hizo un buen negocio el sábado cuando asistió una hora a un encuentron con blogueras e influencers de moda en la región veraniega de los Hamptons de New York.
La razón, según Page Six, es que la estrella de telerrealidad cobró unos $700.000 por posar para selfies con los asistentes al exclusivo evento llamado Revolve In The Hamptons.
Los organizadores volaron a la esposa de Kanye West en un jet privado desde Los Ángeles explíticamente para que asistiera a la fiesta, en la que estuvo protegida por un pelotón de 25 fornidos guardaespaldas.
Como no podría ser de otra manera, Kim compartió en las redes con sus fans el lujoso viaje en avión y cómo tuvo que prepararse abordo para asistir al encuentro, en el que todo el mundo quiso retratarse con ella.