Actualmente se habla más que nunca de la equidad de género y es uno de los temas que más se debaten incluso en las redes sociales. Sin embargo, a pesar de las múltiples campañas que existen al respecto, sabemos que el machismo sigue presente en muchas de nuestras sociedades, y no sólo en la cabeza de los hombres, sino también en el de las mujeres, lo que se refleja en la manera en la que muchas madres educan a sus hijos, haciendo que está mentalidad prevalezca. Pero el machismo no sólo afecta en la educación, sino también en nuestras relaciones personales e incluso en nuestra sexualidad.
De acuerdo con una investigación llevada a cabo por la investigadora Emily Harris, y un conjunto de investigadores de la Universidad de Queensland en Australia, en el que participaron dos grupos de mujeres, cada uno de aproximadamente 400 personas, las mujeres que se encuentran en una relación heterosexual en la que existe un pensamiento “sexista ambivalente”, es decir que ambos miembros de la pareja perciben la figura femenina como un ser pasivo que debe depender de los hombres, son menos propensas a experimentar un orgasmo.
En este tipo de pensamiento, de alguna manera la mujer le da autoridad a su pareja de que el sexo se vuelva una actividad obligatoria para ella, en la que su misión sea complacer los deseos sexuales de su pareja y no los propios.
El estudio además de medir los niveles de sexismo ambivalente en cada una de las mujeres, también midió el nivel en que las mujeres colocan el egoísmo masculino dentro de una relación sexual.
De esta manera se concluyó que mientras más egoístas eran las parejas de estas mujeres en el aspecto sexual, tendrían muchas menos probabilidades de tener un orgasmo.
En conclusión, las mujeres que se perciben así misma como seres pasivos durante el acto sexual y ven a sus parejas como seres dominantes a los que tienen la repsonsabilidad de complacer, tienen muchas menos posibilidades de experimentar un orgasmo.