LA CONQUISTA Y EL IDIOMA

Por Daniel Aceves Rodríguez

Continuando con el tema de los 500 años de la caída de Tenochtitlán, el 14 de marzo de 1519 es una de las fechas significativas dentro de ese proceso histórico conocido como la Conquista; ya que las crónicas marcan que ese día Hernán Cortés llegó a las márgenes del río Grijalva razón que generó  la célebre batalla de Centla, en la cual al salir victorioso recibió entre otras ofrendas a quien mencionábamos en la entrega pasada como factor decisivo en este proceso Doña Marina o Malinche. De ahí ya el rumbo de la Historia es conocida con su culminación un 13 de agosto de 1521.

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 Así a 502 años de la llegada de los peninsulares a nuestro territorio y el inicio de este proceso transcultural; resulta muy interesante el tratar de encontrar una respuesta precisa a la pregunta de cómo se llama el idioma que a consecuencia de ello nosotros hablamos, por un lado se hace referencia a la raíz inicial del mismo y un importante sector menciona que es propiamente el castellano, en el otro polo nos indica que nuestra lengua por antonomasia es el Español, la disyuntiva se agudiza ara l encontrar que la Constitución española en su artículo tercero menciona que “el castellano” es la lengua oficial del Estado, y con eso se forma este galimatías,  ya que si la Carta Magna de la llamada Madre Patria indica que la lengua que se habla en más de 20 países por ella conquistados incluyendo la propia España, tenga por nombre castellano y no el de español, es causa mayúscula de gran controversia al respecto.

Tal vez la respuesta puede ser muy sencilla, pero su dilucidación tiene caracteres variopintos centrados en tradiciones seculares o en conveniencias de orden político, que hacen que nuestro idioma, el llamado idioma de Cervantes, la considerada tercera lengua del mundo por el número total de hablantes después del Chino Mandarín y del inglés, número que se calcula en 400 millones de personas, la lengua romance con mayor expresión fonética no tenga en claro una forma uniforme de llamarse en todos los ámbitos geográficos y en todos los tiempos, en varias etapas en la Escuela primaria se nombraba como “Lengua Nacional”.

Haciendo un poco de historia encontramos referencias que nuestro idioma data del año de 978 derivado del latín vulgar donde se da mérito a Gonzalo de Berceo y a los monjes del Monasterio de San Millán de Cogolla de las montañas cantábricas que se fue extendiendo y tomando propiedad, por lo que de inicio podemos decir así era una lengua regional de Castilla dando el crédito de facto al nombre de castellano, posteriormente con el enlace llevado a cabo a mediados del siglo XV entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos y con ello la consolidación del Imperio Español, la expulsión de los moros de los últimos territorios y el dominio de los mares, igualmente el castellano pasó de ser solo de tipo regional para convertirse en el idioma de la nación, o sea propiamente el español, que ya no solo se hablaba en la Península Ibérica, sino que ya posterior en el siglo XVI se hablaba en sus posesiones ultramarinas, en aquellos dominios donde nunca se ocultaba el sol.

Podemos ver así que si bien el origen de nuestro idioma tuvo un fundamento castellano, es el español el gentilicio primigenio de lengua, geografía y sangre que marca el nombre del idioma con que nos expresamos, es justificadamente que el término de español resulte más recomendable por carecer de ambigüedad ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que con orgullo proferimos, cierto es que en nuestro país desde el año 2003 se reconoce además del español otras 67 lenguas indígenas declaradas como lenguas nacionales por su carácter histórico.

Si queremos dilucidar razones por las cuales el término castellano es utilizado en varios países especialmente sudamericanos y en la propia España, estas las encontraremos en aspectos del orden más bien nacionalista, secular o político, siendo el primer caso que normalmente se ha manejado las corrientes tanto hispano fóbicas donde se da a la aportación española un carácter más bien contrario o de desvalorización centrándose en las famosas Leyendas Negras que colocan en un plano de abuso hacia los habitantes del continente y de impedimento de desarrollo, bajo ese sentir más en defensa de lo autóctono y para evitar la referencia a España se intentó darle un concepto más del orden castellano.

Por el lado de España, las razones políticas generadas por los intentos separatistas de regiones como la catalana y la región vasca o de Euskadi que están en pugna con el gobierno español genera que respetando un sentido político de estas lenguas españolas también sean consideradas como oficiales en sus respectivas comunidades autónomas de acuerdo a los estatutos, entendiendo entonces el hecho de que la Constitución establezca el castellano como la lengua oficial del Estado.

Lo cierto es que con mucho orgullo los mexicanos hablamos nuestra lengua El Español producto de un castellano que allá en la Baja Edad Media fue el crisol que abrevo una civilización que derribó casi siete siglos de dominación musulmana en su territorio, donde una vez realizada esta hazaña se dio a la tarea de descubrir un Nuevo Mundo allende los mares, generando todo un cambio en la cosmovisión de un Renacimiento en ciernes, el cual por un proceso de mestizaje racial con nuestros antepasados y mediante un sincretismo cultural se dio origen a nuestra nacionalidad, una nacionalidad propia y característica que sustentan la amalgama de las riquezas del indio y del español, tal cual es nuestra idiosincrasia donde toma parte preponderante nuestro idioma, ese idioma tan rico en caracteres y frases, tan freso y dinámico con el cual se escribieron con letras de oro grandes tomos de la Literatura y Poesía universal.

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