La creación del municipio de Bahía de Banderas, en la óptica de cinco gobernadores nayaritas Parte I

En Los Tiempos De…

En 1917, con la creación del Estado Libre y Soberano de Nayarit, fueron reconocidos dieciséis municipios quedando nuestra región adscrita al Ayuntamiento de Compostela. Desde su inicio, la lejanía y el aislamiento de la cabecera municipal fue un obstáculo para el crecimiento y desarrollo de la comarca que hoy ocupa el Municipio de Bahía de Banderas. Esta situación, que entorpecía también la administración de otros territorios municipales alejados o muy extensos, llevó al gobierno estatal a la búsqueda de soluciones. El presente texto aborda las diferentes respuestas que de acuerdo a su momento y circunstancia, dieron los gobernadores más cercanos al proceso de creación de nuestro municipio.

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General Juventino Espinosa. La creación de nuevos municipios

El General Juventino Espinoza se dio de alta a la fuerzas maderistas en 1911. A la muerte de Madero, se incorporó al Ejército Constitucionalista de don Venustiano Carranza, donde alcanzó el grado de Capitán. 

En sus primeros años de vida Estado Libre y Soberano, Nayarit estuvo gobernado en medio del caos político y la violencia, donde imperó la fuerza de los caciques porfirianos. El General Juventino Espinosa fue nombrado Gobernador Interino para el periodo 1931-1933, supliendo a José de la Peña Ledón. En 1937 Juventino Espinosa aceptó la candidatura al gobierno de Nayarit, tomando posesión del cargo como VI Gobernador Constitucional del Estado, el primero de diciembre de 1938. Fue un gran estadista que se dedicó a crear un marco jurídico sólido que le permitió gobernar con la ley en la mano siendo implacable al aplicarla generando progreso y desarrollo al pueblo de Nayarit. El General de División Juventino Espinosa Sánchez murió en la Ciudad de México en 1974.

En 1938, el Gobernador del Estado, General Juventino Espinoza Sánchez, propuso la creación de nuevos  municipios. En 1939 decretó la creación del municipio de El Nayar  y en 1940, el municipio de Ruiz. En febrero de 1940, Juventino Espinoza envió un memorial al Congreso del Estado proponiendo la creación de un municipio más, en la región de San Juan de Abajo. Y en 1941, para comunicar la costa, construyó el camino Compostela-Chacala, pasando por Las Varas.

Candelario Miramontes Briseño: Se le adelantaron en la decisión

En enero de 1943, el Gobernador del Estado, Candelario Miramontes, realizó una gira por el tramo de localización de la carretera Compostela-Puerto Vallarta. El viaje en su mayor parte fue realizado a caballo, visitando todos los pueblos y ejidos entre los que se menciona Ixtapa, Zacualpan, Las Varas, Alta Vista, La Peñita, Sayulita, Bucerías, Valle de Banderas, San Juan y Puerto Vallarta. Lo acompañaba el General Agustín Olachea Avilés, Comandante de la Zona Militar de Nayarit, los diputados locales J. Dolores Ledezma, Hilarión Rivera y el Ingeniero Alfredo Ochoa C. representante de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas ante la Junta Local de Caminos en el Estado. (El Informador de Guadalajara. 29 de enero de 1943). Un año después, el 20 de febrero de 1944, Candelario Miramontes inauguró la primera brecha que uniría Compostela con puerto Vallarta.

Ya entonces, ejidatarios y ganaderos organizados, se manifestaron a favor de crear un nuevo municipio en la región, pero no fue Candelario Miramontes quien dio respuesta a sus aspiraciones. Se dice que formaba parte de la comitiva el Senador Gilberto Flores Muñoz, quien enfrentó la petición de los vallejanos con un “no” rotundo, al rematar con la frase: “Mientras yo sea Gilberto Flores Muñoz, Compostela no se va a partir en dos”.

En 1940, el territorio que ocupa el hoy municipio de Bahía de Banderas registraba 5,966 habitantes repartidos en los siguientes pueblos: Valle de Banderas, 1,361; Aguamilpa, 81; Bucerías, 65; El Coatante, 52; Cruz de Huanacaxtle, 9; el Colomo, 407; El Porvenir, 228; La Jarretadera, 182; Lo de Marcos, 59; San Juan de Abajo, 1,209; San José del Valle, 508; San Vicente, 195; Sayulita, 341. La mayoría de la población estaba integrada por campesinos empobrecidos. Apenas se había concretado el reparto ejidal y la economía de la región descansaba en una agricultura de subsistencia basada en la siembra de maíz y frijol. El cultivo más redituable era el tabaco, habilitado y comprado por algunos hacendados y casas comerciales de Puerto Vallarta.

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