La crisis económica que deja el COVID 19

El conoravirus SARS-COV2, apareció en China en diciembre del año pasado y provoca una enfermedad llamada COVID-19, la cual se ha extendido por el mundo y fue declarada pandemia global por la Organización Mundial de la Salud (OMS); la enfermedad a cobrado miles de vidas en el planeta y el aislamiento ha sido respetado por la mayoría de las sociedades, pero otro tema preocupante es la crisis económica que deja, así como un probable cambio en el esquema laboral actual.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimaba que la pandemia dejaría 25 millones de desocupados, pero según un último informe prevén que la cifra sea aún mayor; por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseveró, que el 81 por ciento de la fuerza laboral mundial enfrenta el impacto de cierres totales o parciales de sus lugares de trabajo.

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Sin duda, el mundo laboral se ve drásticamente afectado por la pandemia por COVID-19; el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó, que en enero de 2020 se crearon 68 mil 955 puestos de trabajo, la cifra más baja para un mismo mes desde 2015; además la generación de empleos en enero implico una caída de 27 por ciento, respecto a las 94 mil 646 plazas que se crearon en igual mes del 2019.

El COVID-19 representa una amenaza para la salud pública y la economía, poniendo en riego el bienestar de millones de personas, puesto que el 94 por ciento de los trabajadores viven en países en lo que se ha aplicado algún tipo de medida de cierre de lugares de trabajo. Actualmente, cada vez más países están permitiendo a sus empleados regresar paulatinamente a su lugar de trabajo, pero expertos consideran que, a pesar de los esfuerzos de la política y las empresas, habrá quiebras, despidos y se reorientaran las actividades profesionales.     

Las dinámica y organización de trabajo cambió drásticamente, obligadas por la pandemia del coronavirus; herramientas como el home office, trabajo digital colaborativo o las videoconferencias se volvieron claves y parece que llegaron para quedarse, debido a un mundo que cada vez más prohíbe el contacto físico.

Para diversas empresas el trabajo a distancia ha generado evidentes mejoras en la productividad; sin embargo, para otros la cultura de asistencia y control sacuden sus cimientos; lo que, si es un hecho, es que tendrá que reglamentarse por la ley, considerar quién paga qué (Wifi, equipos, etc.), ciertamente el COVID-19 cambió radicalmente el futuro laboral antes de lo previsto.

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