Qué cielo tan limpio, tan anaranjado amaneciendo y tan azul cuando clarea el sol, qué clima tan templado y qué mañana tan candorosa, como todas las mañanas de los diciembres en Tepic.
La Posada de los Comunicadores es a las nueve de la mañana en el Hotel Real de Don Juan, contra esquina de Palacio de Gobierno. Va uno caminando de la plaza principal hacia la sede del evento, y ya vas saludando a los compañeros. Faltan diez minutos para la hora pactada. Y ya hay alborozo en las puertas del establecimiento.
Comienzan los saludos, los abrazos y las frases de aliento. Hay gente desconocida que también saluda amablemente. Hola, hola, buenos días compañero, que tal compañero, que gusto amigo, me da gusto conocerte, tenía rato que no nos veíamos, ¿verdad?
-Subamos de una vez, pa’l morzar-, me dice un señor que trabajaba en un carro de rescate, pero siempre trae credenciales de varios periódicos. Dice que entra gratis a los bailes con ellas.
–Vamos- le contesté.
Muchos desconocidos
Y yo volteaba para ver gente conocida, y no. Alguno que otro. De pronto no veía a nadie de los medios tradicionales. Aunque poco a poco los iba reconociendo. Subí las escalinatas que llevan al salón principal donde ya estaban unas 35 o 40 mesas servidas con fruta de temporada. Me registré con las edecanes. Y como siempre, entro a orinar antes de resistir todo el tiempo que duran los actos.
El baño de caballeros no estaba lejos. Solo tres pasos a mi izquierda. Eran exactamente las 8 de la mañana con 55 minutos y ya estaban ocupadas las tazas del WC. Muchos compañeros aprovechan los baños limpios para evacuar. Con todo su derecho, pues para eso están los servicios sanitarios.
Desde mi mesa
Me ubiqué en una mesa desde la cual pudiera ver todo el panorama. De principio estuve solo, pero no tardó diez o quince minutos en llenarse las demás sillas. Me valí de un papel en blanco y de una pluma de cuatro pesos. Empecé a anotar la presencia de los invitados.
Esto escribí:
“Profesores, exlíderes estudiantiles, presidentes de comisariados ejidales, historiadores, actores de teatro, contadores públicos, locutores, estilistas, maestros de los SEPEN, maestros de la UAN, lenones (giros negros), exdiputados, tallerceros, empresarios de la CANACO, temazcaleros, homeópatas, choferes, aventureros, “orejas”, doctores, policías de civil filmando todo”.
Era parte de la concurrencia, además de muchas mujeres. Las féminas llenaron varias mesas.
Eso fue lo que iba escribiendo, (me faltaba reconocer más oficios), cuando de pronto un amable José Luis González, coordinador operativo de prensa del gobierno estatal, me saluda cordialmente, y me invita a la mesa en donde presidiría el Director de Prensa y a la vez Secretario de Turismo, Raúl Rodrigo Pérez.
La arrachera
El mariachi “El Quevedeño” ya entonaba sus popurrís. Un espontáneo, mayor, de lentes, pidió si lo dejaban cantar “A mi manera” y se la echó. No fue muy del agrado de mi compañero a la izquierda Enrique Hernández Quintero quien me susurra: Si lo estuviera escuchando el gobernador Roberto Sandoval, éste ya hubiera ordenado cortar la luz. Pero el artista, feliz de la vida, termina su canto y agradece las aclamaciones que mas bien parecían “carrilla”.
Se sirve el platillo después de la fruta, el jugo, el café y los panecillos: Un gran plato de arrachera a medio asar, acompañada de frijoles refritos, totopos, queso y chilaquiles.
No tardó mucho en llenarse el local. Yo volteaba a ver gente conocida y de vez en vez me decía: aquel es fulano. Aquel es sutano. Aquel es perengano. Pero hubo otros, muchos, que en mis casi treinta y tres años de reportero jamás los vi junto con la “perrada”, como aristocráticamente se nos conoce.
En fin, el gobierno invita y uno acepta o no. En mi caso, claro, acepté de buen modo, y esperaba ansiosamente, desde hacía tres días, la rifa de los regalos. Soñé incluso que me tocaba una Lap Top.
La rifa de regalos
Raúl Rodrigo Pérez, (viste camisa Polo gris), como a las diez de la mañana y quince minutos, paró en seco al mariachi. Tomó el micrófono inalámbrico y le dio marcha a la rifa. Sin más trámite que ir sacando números de un lado y apoyándose por otro lado en Irving Villafuentes, que checaba los ganadores y el regalo.
Poco a poco se desarrollaba el sorteo. Me daba mucho gusto que la mayor parte de los paquetes estuvieran ganándoselos los auténticos reporteros. Hoy los invitados “especiales” se llevaron menos premios que en anteriores eventos de esta especie. Aunque al final, como siempre, habría inconformidades, pero no sobresaltos. Todos vimos la limpieza del Sorteo.
Pero he aquí de un abucheo inesperado
A la mitad del tiempo de la rifa, Raúl Rodrigo envió el mensaje para saludarnos de parte del gobernador Roberto Sandoval Castañeda, a quien se le brindó un aplauso moderado, discreto. Y el director de prensa anunciaba dos acciones directas en beneficio de los periodistas para el 2014. Capacitación, -dijo-, y Facilitación de Créditos para Vivienda. Aquí los aplausos fueron más nutridos.
Pero, al hablar de Capacitación, y al anunciar un Diplomado en el mes de marzo, mencionó Rodrigo que los participantes en estos seminarios tendrían mejores oportunidades de elevar sus salarios en sus empresas, y mejor trato con los directores de los medios.
BUUUUUUUÚ, se escuchó en una mesa. BUUUUUUUÚ, se escuchó en otra mesa, y en otra y en otra, BUUUUUUÚ.
Rodrigo soltó su clásica sonrisa llevando una comisura del labio de lado a lado. Le brillaban sus ojos claros. Dejó un espacio respetuoso para que “la raza” se manifestara con ese abucheo.
Reflexionar lo de prensa-gobierno que incluya la nómina laboral
Tras del incidente, que debe poner a reflexionar a quien se encargue de la relación Prensa- Gobierno, el sorteo continuó. Los que no sacamos premio nos fuimos satisfechos. Tenía mucho tiempo que la “perrada” no se manifestaba. Y no lo hizo contra el gobierno, como suele suceder. Ese BUUUUUÚ se hizo reclamando justas retribuciones por su labor informativa. Que el gobierno y los medios dialoguen. Que los temas no sean solo políticas oficiales o electorales. Que la agenda incluya la parte de la nómina laboral. Esa parte de los convenios que hablan de ser corresponsables en el pago del salario profesional del periodista. Claro, no se habla de aquel que acude las navidades y los siete de junios, sino de aquellos que hacen tropa, que acarrean los ladrillos con que se construye la Prensa nayarita.
La perrada también es “gente”
En fin, salimos del desayuno casi a la once de la mañana. Hubo muchos regalos. Mucha gente humilde los ganó. Se veía bien salir a los compañeros con sus paquetes, y hasta con una motocicleta.
Raúl Rodrigo debe informarle al gobernador Roberto Sandoval Castañeda que todo salió como se planeó. Y que cuando mencionaron a los propietarios, directores y patrones, ese abucheo debe significar muchos cambios en el futuro cercano. El gobernador de la gente puede hacerse cargo del asunto. La “perrada” también es gente, buenas gentes y gentes buenas.