La oposición llena el Zócalo para protestar contra la reforma electoral de López Obrador

Miles de mexicanos desafían al presidente en las calles en una manifestación contra el avance del “plan B” electoral que acota las funciones del INE

Miles de mexicanos llenaron este domingo el Zócalo de Ciudad de México para protestar contra la reforma electoral del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. De punta a punta, una de las plazas públicas más grandes de América Latina acogió a organizaciones de la sociedad civil y a políticos opositores que decidieron desafiar al presidente ante los cambios a las leyes electorales, previstas en el llamado “plan B” y que acotan las funciones del Instituto Nacional Electoral (INE), el organismo independiente que organiza las elecciones en México. Esta ha sido la segunda concentración opositora en menos de cinco meses que pide que la reforma electoral se detenga. Anteriormente los manifestantes pedían la atención del Congreso, ahora —y después de la aprobación del paquete legislativo esta misma semana— apuntan a los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

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El mensaje de la manifestación se concentró precisamente en el peso de la Constitución. Al templete, ubicado frente la sede del Supremo, subió el ministro en retiro José Ramón Cossío que habló de la Carta Magna como el mayor argumento para defender la democracia. “Quienes estamos aquí no solo hemos querido llenar el Zócalo. Venimos a ocupar, respetuosa y temporalmente, la Plaza de la Constitución”, dijo al tomar el micrófono. Las modificaciones a las leyes electorales, una vez que ya han pasado por el poder Legislativo, se enfrentarán a un análisis minucioso en la Corte después de que los partidos de oposición presentaran acciones de inconstitucionalidad contra “el plan B”. Cossío ha defendido a los ministros del Supremo, a quienes el presidente López Obrador ha criticado duramente, y ha señalado la importancia del papel que jugarán en el futuro de la democracia de México. “[En la Constitución] están los frenos y contrapesos para quienes ocupan temporalmente el Gobierno”, mencionó.

El Zócalo es la plaza pública de México donde más personas pueden reunirse en la capital y también es un sitio representativo que ha marcado hitos a lo largo de la historia contemporánea del país norteamericano. Las imágenes con miles de personas vestidas de rosa han inundado las redes sociales y los organizadores se han mostrado satisfechos con la alta presencia de manifestantes en esta convocatoria. Las calles aledañas a la plaza se llenaron rápidamente desde primera hora de la mañana. Esta ha sido la concentración más numerosa de la oposición desde que comenzó el Gobierno de López Obrador en 2018, a pesar de que sus partidos políticos viven sus horas más bajas. El presidente presume continuamente de contar con una asistencia multitudinaria cada vez que convoca un mitin en el Zócalo, por lo que también ha organizado una concentración para el próximo 18 de marzo en el mismo sitio en apoyo a su Gobierno y con la conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera como telón de fondo.

La protesta se ha celebrado apenas a unos metros de Palacio Nacional, sede del poder Ejecutivo y hogar del presidente. López Obrador no se encontraba allí, en un tuit publicado el sábado reveló que estaba en el sureste del país supervisando las obras del Tren Maya. Durante el mitin, la atención se dirigió pocas veces hacia el presidente: Cossío le mencionó por cargo y Beatriz Pagés, otras de las oradoras, hizo referencias veladas hacia él. Pero en todo el acto, nunca se habló de él por su nombre y apellido. Los lemas se concentraron en el organismo electoral: “el INE nos se toca”, “nuestro voto no se roba”, “estoy aquí por el INE”. Pagés señaló que pese a que el Gobierno argumenta que la reforma electoral se debe a un tema de gasto presupuestal, este no representa un coste mayor al de las obras insignia de López Obrador. La mención al Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas atrajeron los abucheos de la multitud.

El “plan B” de la reforma electoral se aprobó definitivamente el pasado miércoles en el Senado y solo está pendiente de su promulgación. Los cambios en las leyes secundarias acotan el papel del INE comenzando por un recorte de 300 juntas distritales en los 32 Estados del país. Morena, el partido en el Gobierno, argumenta que los cambios a las leyes conseguirán un ahorro de 3.500 millones de pesos. Los opositores apuntan a que esto ocurrirá con el adelgazamiento de la institución que organiza las elecciones, lo que abre la puerta a procesos electorales menos confiables y pone en riesgo la democracia. La reforma también relaja las reglas para el uso de la propaganda política entre funcionarios públicos, una medida que puede inclinar la balanza en favor de quienes se encuentren ocupando un cargo público y tengan acceso a los presupuestos.

La concentración duró poco más de una hora y se cerró con el canto del Himno Nacional. Los organizadores pedían a los asistentes que resistieran bajo el sol para dejar una imagen potente de la concentración. “[Los ministros de la Corte] evidenciarán que no son ciertas las expresiones del presidente y de sus colaboradores”, aseguró Cossío en su discurso. Algunos asistentes dejaron decenas de ramos de flores color rosa a las puertas de la Suprema Corte. El turno para decidir el futuro electoral de México es ahora de los 11 ministros con despacho en la calle Pino Suárez.

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