Simples Deducciones/Juan Chávez
Lucy no sabe de leyes, sólo de hacer rendir la quincena que su marido le da y a regañadientes, sin embargo su hermana con menos años de edad y con una hija que acaba de culminar la carrera de leyes le acaba de brindar una luz en ese túnel oscuro en el cual ha vivido desde hace 10 años, aunque casada lleva 22 en total, que le han dejado 4 hijos, el más chico pronto cumplirá 15 años y ella está cansada, muy cansada de la violencia doméstica que su aún esposo ha ejercido en ella por una década.
Su hermana le dijo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que, «la violencia económica del cónyuge varón sobre su esposa, da lugar a que cese la sociedad conyugal», ¿sabe tía lo que eso significa?, Lucy menea la cabeza y le dice que no, pero algo muy dentro de ella le indica que eso que le acaban de decir puede poner el fin a una vida que ya no desea llevar ni por un día más.
Su familia le explica que el que su esposo no aporte dinero a la casa es causa de que el matrimonio se acabe. Y es que la SCJN señala en la información emitida el pasado 21 de agosto, «en tutela del principio de igualdad y el derecho de la mujer a vivir una vida libre de violencia, se consideró que deberán cesar los efectos de la sociedad conyugal, en lo que le favorezcan al cónyuge varón, desde el momento en que éste, de manera injustificada, se desentienda de aportar tanto económicamente como en las labores del hogar».
«Uuhhhhhh», es lo que escapa de la boca de Lucy, «eso sí, jamás en los 22 años de vida juntos ha levantado un plato, eso es para viejas, dice cuando uno de mis hijos lo hace o ayuda aquí en la casa en alguna labor de hogar». Ella recuerda que la limitación económica inició hace unos 10 años derivado de que ella sospecha que él ve a alguien más, «y quizá tenga hasta hijos con esa mujer. Primero le hallé una hoja con palabras así como muy de amor y después unos mensajes en su celular cuando él se estaba bañando», también dice que las relaciones íntimas entre ellos son casi nulas pero que eso para ella significó un descanso y se siente feliz de que casi no la busque.
La SCJN puntualiza en su información que, «los bienes generados en situaciones de violencia de género, particularmente la económica, pertenezcan de forma proporcional a quien los generó sin ayuda del otro cónyuge y, en el momento de liquidar el patrimonio en común, se destine una parte de él a compensar los gastos adicionales que hubiese erogado la cónyuge que así lo demuestre y así compensar el desentendimiento del consorte varón sobre sus deberes de solidaridad en las labores del hogar».
Como Lucy debe haber muchos casos en todo el país; con este tipo de determinación la Suprema Corte le abre la puerta de la libertad y la felicidad a miles de mujeres que son limitadas económicamente por su pareja hombre, sin embargo, a pesar de lo sencillo que se pueda ver la separación del matrimonio faltaría ver la lucha más dura que se tiene, ésta es la batalla que se libra en el interior de cada mujer, al justificar el por qué su esposo no les da dinero suficiente a pesar de que ellas saben que sí lo tienen.
Lucy se ha apegado a alcanzar su independencia con verdadero valor y entusiasmo, ella espera que una comadre asuma la misma actitud que ella y también se separe de su esposo que de igual manera sólo le entrega 600 pesos por quincena, cuando ella ve que el salario mensual de él ronda los 10 mil pesos, «le pedí a mi sobrina que me diera una copia de eso que me leyó y estoy empujando a mi comadre a que lo haga, no merecemos vivir así, preferible nosotras trabajar y mantenernos a que nos tengan con la soga al cuello». Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo electrónico juanfechavez@gmail.com