Véritas Liberabit Vos

“Yo sueño que estoy aquí de estas prisiones cargado, y soñé que en otro estado, más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí, ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son, así lo narraba en el siglo XVII el escritor español Pedro Calderón de la Barca en su obra titulada “La Vida es Sueño” donde describía la vida volátil de Segismundo hijo de Basilio Rey de Polonia y como de un momento a otro pasaba de un estado de libertad y poder a otro de encierro y ostracismo total.

Ahí en esa misma ciudad de Madrid donde desarrollo su obra este ilustre literato barroco del Siglo de Oro, se llevó a cabo la semana pasada uno de los acontecimientos más trascendentes en la historia política de España posterior al régimen franquista, me refiero al relevo presidencial que en tan solo una semana dejo a este país con un nuevo presidente tras la remoción de Mariano Rajoy.

Tal vez la temática de las elecciones en nuestro país, los partidos de la selección nacional de cara al mundial, los berrinches de Trump ante los aranceles al acero, la violencia imperante o la ola de calor en nuestro territorio, hizo que una noticia así no tuviera la magnitud del hecho que representa y que la dimensión de la misma no trascendiera como lo que es; que un recurso democrático pueda en casi una semana provocar la caída de un presidente y el ascenso automático de su sucesor representante de otro partido.

En el curso de una semana el Presidente de España Mariano Rajoy, aquel hombre fuerte que meses antes había demostrado su poder y decisión ante la postura separatista catalana y había hecho valer todos los argumentos de la ley para aplicar el artículo 155 de la Constitución y poder intervenir así en el gobierno catalán frenando su idea independentista, igual que tan solo ocho días antes su figura se elevaba al ser autorizado el Presupuesto General de Estado dándole así al Partido que lo llevó al poder (Partido Popular) una bocanada de aire y un espaldarazo para afianzarse en el poder hasta fines del 2020.

Pero el destino le tenía otra jugada muy diferente, tal como lo dijera su paisano Calderón de la Barca: ¿Qué os admira, qué os espanta?, si fue mi maestro un sueño  y estoy temiendo en mis ansias que he de despertar y hallarme otra vez en mi encerrada prisión…al día siguiente se supo que la Audiencia Nacional de la Sección segunda en materia penal daba a conocer que se emitía una sentencia de corte judicial contra el Partido Popular referente a un caso de corrupción conocido como el caso Gürtel que proviene desde hace más de 9 años y en donde para ser precisos dicho dictamen consideraba muy poco creíbles las declaraciones del actual Presidente Rajoy donde sus argumentos y testimonios judiciales no fueron considerados ciertos, dejándolo así en una situación de franca desventaja y a la deriva en términos de ley.

Y como marca muy bien la teoría de la política, en el poder no hay vacíos, o las debilidades de tu oponente son las oportunidades de tus fortalezas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) encabezado por Pedro Sánchez solicito lo que se conoce como una “moción de censura” que es un procedimiento o mecanismo constitucional que existe en España por el cual los partidos políticos con representación en la Cámara baja de un parlamento pueden exigir la responsabilidad política al poder ejecutivo en cuestión por una crisis democrática.

En este caso el PSOE realizo un cabildeo para contar con el apoyo de los diputados de los partidos nacionalistas tanto catalanes como vascos que vieron en ello la oportunidad que en Política representa que “los enemigos de tu enemigo son tus amigos” y de esta forma contando también con el respaldo del Partido Podemos logró obtener una abrumadora votación de mayoría de 82 diputados lo que hizo que la moción de censura fuera admitida inmediatamente considerando de facto la imposibilidad de tener en la presidencia a un personaje envuelto en un halo de corrupción y desacreditado judicialmente.

Con este fallo la Justicia española condenó por primera vez desde el regreso a la democracia a un Partido, en este caso al Partido Popular hasta ese día en el poder, a su ex tesorero y a varios de sus ex funcionarios, pese a que esta investigación titulada como Gürtel data ya de 2007 donde involucra al PP en una trama de fondos utilizados para financiamiento de campañas a través de triangulaciones por contratos a empresas constructoras y el manejo de una caja B de recepción de donaciones jamás registradas, (¿dónde hemos escuchado esto antes?) y de la cual se pudieron haber beneficiado las campañas de José María Aznar y Mariano Rajoy, esta nunca había perdido actualidad.

En solo una semana la crisis democrática se desató en España y cual catalizador de sucesos ante los argumentos abrumadores y la decisión judicial, sin poder defender ya lo indefendible se consumó el cambio de Presidente y de Partido en el poder, en la tarde del viernes 1 de junio después de una encrespada sesión del parlamento el Rey Felipe VI firmo el cese de Rajoy y autorizo el decreto que nombraba a Pedro Sánchez del PSOE como nuevo huésped de la Moncloa, así en solo una semana, haciendo válido un recurso constitucional España cambiaba de gobierno, demostrando lo volátil que pueden ser las situaciones.

“ Y cuando no sea el soñarlo solo basta, pues así llegué a saber que toda la dicha humana en fin pasa como un sueño, y quiero hoy aprovecharla, el tiempo que me dure, pidiendo  de nuestras faltas perdón, pues de pechos nobles es tan propio perdonarlas” P.C de la B.