Simples deducciones,
Por Juan Chávez
Aproximadamente cada dos horas asesinan a una mujer o niña en nuestro país, según el reporte más actual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y es que durante el pasado mes de marzo al menos 330 fueron las mujeres víctimas de homicidio doloso y feminicidio, lo que convierte al primer trimestre de este año en el más violento para las mujeres en la historia de México, situación que desafortunadamente se comienza a normalizar entre la sociedad.
De acuerdo a las cifras del Secretariado, de enero a marzo —en el país—, se dieron 960 feminicidios y homicidios dolosos de mujeres, mientras que en ese mismo lapso pero del año 2019 y 2018 fueron 882 y 845 respectivamente. Además, en comparación con febrero, en marzo de este año las características de las muertes violentas sufrieron una modificación; incrementaron de 31 a 42 los crímenes perpetrados con arma blanca y subieron de 25 a 31 los asesinatos de menores de edad, la mayoría niñas y adolescentes que se quedaron en casa con sus agresores.
No hace ni dos meses que las personas en México aplaudíamos y reconocíamos la intensa lucha que por años han emprendido las mujeres contra la violencia de la que son víctimas y que se enfatizaba en el Paro nacional de Mujeres desarrollado el pasado 09 de marzo. ¿Qué pasaría si todas las mujeres en el país desaparecieran? Era la pregunta que estaba en el corazón de ese movimiento; millones de mujeres se quedaron en sus casas dicho día, no acudieron al trabajo a las escuelas, a ningún lado.
La protesta de las mujeres fue y es muy clara, los feminicidios y la violencia que viven es demasiada y las autoridades hacen muy poco o nada al respecto, al igual que la sociedad en general. Las marchas, el paro nacional y diversos movimientos que hace unas semanas llevaban a cabo las mujeres a nivel nacional eran tendencia en los medios de comunicación, en las redes sociales y por su puesto en las charlas familiares y entre amigos.
Algunos criticaban las acciones, muchos más las celebraban, decían ser empáticos y unirse a la lucha por la igualdad de condiciones, por detener las violaciones y asesinatos; pero desafortunadamente hoy en día el tema se ha dejado en el olvido y lo peor es que la violencia no ha cesado, al contrario —como ya lo decía en un principio—, incrementó en comparación con años anteriores y el panorama que se vislumbra en corto y mediano plazo no es nada alentador.
El Covid-19 (coronavirus) ha tomado un papel negativo en relación a la violencia contra las mujeres en México, al parecer el estrés y otros factores de la situación han acentuado la agresividad en muchos hombres y puesto en más vulnerabilidad a las mujeres, ya que están encerradas con sus victimarios; en la segunda quincena de marzo se iniciaron las medidas de distanciamiento social a causa de la pandemia y dicho mes ha sido el de mayor número de mujeres y niñas asesinadas en lo que va del año, falta esperar el recuento del mes de abril, donde también se ha visto de manera palpable un incremento en la violencia contra las mujeres.
Según la Secretaría de Gobernación, los reportes de los estados sobre las llamadas de emergencia al 911, relacionadas con violencia intrafamiliar incrementaron entre un 30 y un 100 por ciento, esto a raíz de la implementación de las medidas de aislamiento provocadas por la emergencia sanitaria que vivimos. Todavía no se tienen los datos precisos pero todo parece indicar que también se ha acrecentado la violencia psicológica y económica contra las mujeres.
Tenemos que seguir resguardados en casa y acatar las medidas que las autoridades han implementado y recomendado para contener la propagación del Covid-19 pero no debemos olvidarnos de la violencia que están sufriendo a diario las mujeres; la situación actual no debería afectar en que incremente, al contrario es tiempo de que las familias se unan, sanen y aprovechen la oportunidad de convivir más y de mejor forma.
Aunque exista más estrés por los problemas económicos u otros, urge que todas las personas le demos prioridad a que no se den más violaciones, mujeres desaparecidas, golpeadas, etc.; tenemos que denunciar si sabemos que alguna vecina es una víctima de violencia, pero sobre todo hay que educar e inculcar el respeto en nuestros hijos y hermanos menores, reaprender dinámicas de interacción social entre todos y todas, y jamás normalizar ningún tipo de violencia no sólo hacía las mujeres, sino entre nadie. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi correo juanfechavez@gmail.com