Véritas Liberabit Vos
Dentro de este estudio inducido por el origen de las imágenes encontramos históricamente dos obras que han recibido el calificativo de aqueròpita un término griego que significa “no hecha por mano humana” las cuales son: El Santo Sudario también conocido como La Sabana Santa que de acuerdo a los estudios podría corresponder al sudario con que fue amortajado el cuerpo de Cristo una vez que fue colocado en el sepulcro, y La otra Imagen de la Virgen de Guadalupe en el ayate de San Juan Diego, que quedó grabada en ella una vez que Juan Diego recogió las rosas en el cerro del Tepeyac.
Ambas imágenes no tienen una explicación natural, mas sin embargo han sido sometidas a una serie de pruebas científicas las cuales han dado como resultado la determinación de que en ningún momento fueron una imagen artística, sino que a pesar de la exactitud de sus trazos, líneas, combinaciones de color, expresión y mensaje en ellas contenida, solamente puede darse una explicación que supera cualquier conclusión relacionada con la ciencia humana.
Ambas son telas una de ellas de lino, la otra de hilo de agave, una está expuesta siempre al público, la otra esta resguardada y solo es exhibida en fechas solemnes como lo fue en el jubileo del año 2000, una está en la Catedral de San Juan Bautista en Turín, la otra en la Basílica de Guadalupe en México a la vista de todos los peregrinos, una de ellas ha sido trasladada en varios momentos desde el año 1356 en que se rescató en la quinta cruzada ha pasado por El medio Oriente, luego a Francia y de ahí a Italia, la otra no ha salido de la ciudad de México, las dos telas han sido atacadas tratando de destruirlas, la Sábana Santa ha superado dos incendios uno en 1532 y el otro en 1997, La imagen de la virgen salió intacta después de que se colocara una bomba dentro de un florero que se hallaba a los pies de la imagen, el estallido cimbro la basílica de Guadalupe doblo el crucifijo que estaba a una corta distancia de ella, igual que el ácido que por error fue derramado en ella mientras se realizaba un estudio al ayate, en ninguno de estos casos se encontró algún daño irreparable lo que le da aún más importancia y atención a cada una de estas imágenes que en sentido unitivo nos representa el complemento genérico de Madre e hijo, la de México donde tomando los rasgos de nuestra raza nos plasma la imagen de la madre de Dios en un lenguaje que nos brinda el amor y la entrega de su hijo, por otro lado la sabana de Turín en una frágil tela de 4.4 por 1.2 metros, nos representa la imagen de un hombre de aproximadamente 1.77 metros de altura y 70 kilogramos de peso con barba y cabello largo con las manos juntas en posición funeraria, en ella se notan heridas en cabeza, pies y manos que corresponde a lo descrito por las escrituras.
Relevantes conclusiones se han derivado de sus estudios, donde por más que la ciencia quiera encontrar una explicación lógica obtenida por un método experimental el resultado final siempre se lleva a ver que entre más ciencia se aplique hay mucha más necesidad de creencia o fe para comprender que el origen de estas dos pinturas solo puede entenderse fuera de la mano humana, por esta razón esas dos obras son consideradas las únicas aqueròpitas que existen y de mucho orgullo una de ellas en el corazón mismo de nuestro país.