El librito
Dibujado a mano, escrito de puño y letra, sorprende la capacidad nemotécnica de don Raúl para diseñarnos un Tepic dividido en seis cuadros. Incluso la portada es un dibujo del antiguo Kiosco que existió en la plaza principal, con una imagen parcial delos portales Menchaca y Bola de Oro al fondo. El ejemplar se llama “Los Barrios de mi Tepic de Antaño” y abajo el nombre el autor, “Por: Raúl Guillén Montaño”.
En la página 27, Tintoreto simple y sencillamente nos dibuja un rectángulo conteniendo seis cuadrados, significando los seis barrios de la época.
Ya antes en el prólogo de su maravilloso libro, el autor nos relataría que la población de Tepic era de apenas 35 mil habitantes, y que sus límites, desde algunas perspectivas de la ciudad, se podían observar a simple vista.
El perímetro de Tepic Lo era al oeste el Parque Aquiles Serdán, (hoy Parque Juan Escutia. Al norte la calle Victoria y el río Mololoa. Al este la calle Mazatlán, (hoy Avenida Prisciliano Sánchez). Y al sur la calle Herrera, (hoy paralela en algunos tramos con la avenida Insurgentes).
Barrio de San José
De manera que al dividir este barrio, el cuadrado quedaba entre las calles Allende, Querétaro, y los límites naturales de Victoria y Aquiles Serdán. Llamado así por enclavarse en este sector el templo de San José en la calle León. También se le puede llamar “barrio de San José y del Sagrado Corazón” por la ubicación del segundo templo en la calle Morelia.
En este segmento de Tepic existieron los campos de fútbol y béisbol del parque Serdán.
Don Raúl recuerda que por la calle Monterrey existió un manantial que se llamó “La Gringa” y que era apropiado como lavadero de ropa, centro de reunión de las mujeres, al igual que “El Sacristán” y que Acayapan”
Barrio Catedral
Este barrio llamado así por quedar de referencia la Catedral. Limitaba al sur la calle Allende, al oeste la calle Querétaro, al norte la calle Victoria y al este la calle México. En este barrio se ubicó, pro la calle Morelos entre Querétaro y Durango, el Cuartel Morelos, que era prácticamente la Zona Militar. Hoy es el Mercado Morelos.
Otro referente básico de este barrio fue el antiguo Cine Alcázar, que se localizaba en la calle Zapata, entre Durango y Querétaro. Este cine se incendió a causa de un corto circuito y no volvió a este mismo lugar. Años después el Cine Alcázar funcionó por la calle Lerdo entre Morelia y León.
En el barrio catedral aparecen los edificios más antiguos como el Hotel Bola de Oro y como el Casino de Tepic, (hoy Plaza Casino).
Barrio el Santuario
En opinión de don Raúl Guillén, autor de este pequeño estudio, en 1940 ya aparece la calle Guadalajara al oriente de Tepic, solo que inundada de ordeñas. En realidad el límite al este era la calle Mazatlán, (hoy Prisciliano Sánchez). Al sur la calle Allende. Al norte la calle Victoria, y al poniente la calle México. El templo del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es el punto de atracción en este barrio. Se habla del Seminario Diocesano por la Zaragoza entre Zacatecas y San Luis y del edificio de la Presidencia Municipal de Tepic, en Lerdo y México, hoy Hotel Sierra de Álica. En este sector estuvo la Compañía Cigarrera de Tepic, (manzana entre calles México, Morelos, Zapata y Zacatecas), antecesora de la Fábrica de Cigarrillos “La Moderna”. La Cigarrera de Tepic daba empleo a obreras y obreros de nuestra ciudad, e impulsaba la producción tabacalera en la costa nayarita.
Aquí estaba también la estación del ferrocarril, donde actualmente se ubica ya sin la gran movilización de personas y mercancías de hace 75 años.
Barrio La Loma
Este barrio tenía de límite al sur a La Loma. En la loma no existía zona poblada más allá del montículo que para 1938 no estaba sembrado de árboles. Al este limitaba la calle Querétaro. Al norte la Allende y al oeste, curiosamente, solo se llegaba al zanjón de la Alameda.
En este barrio, a principios de la década de los años treinta del siglo pasado, se construyó el “Coso Estadio Marte”, diseñado especialmente para las corridas de toros donde tuvieron temporadas los matadores Fermín Espinoza “Armillita”, Luis Castro “El Soldado”, Juan Silveti, Carlos Arruza, Luis Procuna, entre otros famosos. El Estadio Marte se ubicó en la parte suroeste del paseo de La Loma, cerca de donde hoy es el Lienzo Charro. En la esquina de León y Miñón, -cuenta don Raúl-, existió la cantina del “King Kong” , un señor “como de 40 años de edad, pero que pesaba como 200 kilos”.
Barrio Alfareros
Al norte la calle Allende. Al sur la loma. Al oeste la calle Querétaro y al oriente la calle México. Este era el barrio Alfareros, de acuerdo a la crónica de Tintoreto. No nos deja muy claro en este libro el porqué del nombre de Alfareros, pero suponemos que por la calle Herrera, límite de Tepic al sur, se fabricaba loza de barro para usos domésticos.
Huelga decir que en este barrio se ubica el Palacio de Gobierno, que en 1938 ya tenía algunas oficinas públicas estatales, combinada con cárceles preventivas y penales. Recordemos que este inmueble originalmente fue la Penitenciaría de Tepic, y gradualmente se convirtió en lo que hoy conocemos como Palacio de Gobierno.
También se enclavaba en este sector el precioso edificio llamado “El Castillo”, por la calle Herrera, que aún está de pie pero convertido en escuela particular.
Este barrio Alfareros pudo haber sido el de los más densamente poblados. No hay ni plazas ni campos deportivos. El autor en este capítulo recuerda a muchos vecinos de la zona.
Barrio Sanromán
Llamado así porque la plaza que está frente a palacio de gobierno, entonces llevó el nombre de “Jardín Sanromán”. Al sur de este barrio el límite aparece nuevamente la calle Herrera, porque todavía no existía la avenida Insurgentes en 1940. Al oeste la calle México. Al este la calle Mazatlán y al norte la calle Allende. Sobresale aquí la presencia del ingenio El Molino, mejor conocido como “El Molino de Menchaca”.
Este es un sector de enormes huertas. También era un barrio muy poblado. Aquí están “Las Siete Esquinas”, confluencia de Miñón y Ures, donde proliferaban las casas de cita y salones de baile. Por el lado sureste, partía un camino enterregado hacia Xalisco. Se usaban las carretas y ya algunos vehículos motorizados. Era una vereda muy transitada en cuanto daba la luz del sol.
Resumen
Don Raúl Guillén, Tintoreto, vive y goza de una salud impecable a sus 84 años de edad. Suele caminar a tomarse un café a lugares cercanos del palacio de gobierno. Se le admira su escritura a mano. Manuscrita. Todo lo que sabe y ha dicho sobre Tepic lo hace apoyado simplemente de tinta y papel. Nos ha dejado la memoria exacta de cuando menos una década de vida, en la etapa de padres, abuelos y bisabuelos de 1930 a 1940. Ya no existe gente tan amante de nuestra tierra como este hombre de voz suave y trato amable. Aunque tuvo varios oficios, como el de agente de Tránsito, don Raúl Guillén Montaño es orgullosamente de oficio “rotulista”. Nos retrata al Tepic de Antaño con una precisión que solo la punta de su portaplumas y él, conocen y entienden.