Lozada; el acta de neutralidad y la separación definitiva de Jalisco

Uno de los documentos más interesantes en la historia de Nayarit es el “Acta levantada por el señor Manuel Lozada y las fuerzas del estado de Tepic, en que se reconoce al Supremo Gobierno de la República”, como lo transcribo del libro Antología de Historia de Nayarit, Documentos Históricos, editado en 1996, cuyos autores son los maestros Abel Castillo Valtierra, Maximiliano Jiménez Suárez, y Liliana Gil Mayorquín.

Durante la invasión francesa al séptimo cantón de Tepic, que dependía del estado de Jalisco, se le denominaba ya Territorio de Tepic o Departamento Imperial del Nayarit. El hombre que dominaba política y militarmente la región era indiscutiblemente Manuel Lozada.

Publicidad

En enero 12 de 1864, Tepic había reconocido y secundado el acta de elección para Emperador de México en favor del archiduque Maximiliano de Austria. En esta acta firman Manuel Lozada, Carlos Rivas y Fernando García dela Cadena.

Pero un año y medio después, en diciembre de 1866, en medio de un país convulsionado, y el imperio a punto de caer, Lozada cambia totalmente el rumbo de nuestra región, firmando un Acta de Neutralidad levantada en Tepic y proclamada por los pueblos del departamento del Nayarit, que significaba el deslinde hacia Maximiliano de Austria y la libertad política del territorio.

En esa acta de neutralidad prevalece que la adhesión al imperio se había ofrecido para que México se constituyera para su bien y que cesara la guerra  civil, “pero lejos de haberse logrado ese objeto, el país está amenazado de una anarquía más horrorosa que todas aquellas por las que ha pasado. Que en una situación tan lamentable, conviene que los pueblos del Departamento no sigan sosteniendo idea política alguna”.

En el Acta de Neutralidad compuesta por 14 puntos, y 5 artículos transitorios, destaca el punto 8: –Como consecuencia de neutralidad que ha de guardar este departamento, desde la publicación de esta acta, cualquiera fuerza beligerante tiene libre el paso por él, con la indispensable condición de que antes de pisarlo, ha de dar aviso al jefe de ella a la autoridad política, pidiéndole el derrotero que ha de seguir y el señalamiento de un término prudente dentro del que ha de verificar su tránsito. La falta de uno de estos requisitos constituye hostil a toda fuerza que pise el territorio del Departamento-.

Como se entenderá con lo anterior, Lozada tenía estricto y exagerado control en el paso de sur a norte y viceversa por las tierras que hoy forman el estado de Nayarit. Por la sierra ni se diga. Sin embargo, la neutralidad ya atisba lo que habría de suceder con lo que vendría poco después, al ser asesinado Maximiliano en Querétaro y al regresar Benito Juárez al poder presidencial.

Cabe señalar que el acta de neutralidad en el transitorio 4º. Establece que se envían copias para su conocimiento tanto al gobierno imperial como al gobierno republicano. Lozada, colmilludo, cubría  los dos frentes.

Reconocimiento a Juárez y respuesta favorable

En junio de 1867 ejecutan a Maximiliano y Juárez regresa a la presidencia de México. En Tepic, ni tardo ni perezoso, Manuel Lozada convoca a sus fuerzas políticas y militares para reunirse el 22 de julio de ese mismo año, 1867, y proclamar el Acta en que se reconoce al Supremo Gobierno de la República.

Lozada deja de lado el Acta de Neutralidad de diciembre de 1866 y da paso al Artículo Único del 22 de julio de 1867:

-Se reconoce el Gobierno Supremo establecido en la República, (presidido por Juárez), y en consecuencia se le prestará la debida obediencia, con cuyo fin se le dará cuenta con copia de esta Acta por conducto del Ministerio respectivo-.

Se acordó por la unanimidad de los votos de los ahí reunidos, cuya firma aparece bajo el documento: General Manuel Lozada; General Carlos Rivas; Coronel Andrés Rosales; Coronel Domingo Nava; Teniente Coronel Ramón Galván; Teniente Coronel Trinidad Parada; Teniente Coronel Alejandro Guerrero; Teniente Coronel Miguel Oceguera; Comandantes de Escuadrón; Macario Delgado, Prajedis Núñez, Nicolás Hernández, Ascensión Jaime, Clemente Crespo, José Tapis, José Jiménez, Rafael Pacillas, Francisco Ulloa Lima, Lucas Pinto, Ramón Sandoval, Basilio Betancourt, Agatón Martínez, y Florentino Soto; Comandantes de Infantería: Benito Lozada, Teodoro López, Antonio Delgado, Juan Isiordia, Joaquín Flores, Reyes Polanco, Antonio Rodríguez, Mauricio López, Dionisio Gerónimo, Juan Hilario, Sabás Parra, Antonio Celestino Pataseca, José Serratos,  José María Llama, Eusebio Galicia, J. Isabel Valdivia, y Evaristo Conchas. Capitanes: Macario Álvarez, José María Silva, Calixto Hernández, Juan N. Cortés, Ventura Delgado, Eugenio Vergara, Laureano Huízar, Guadalupe Sánchez, Ignacio Zavala, Guadalupe Plodo, Antonio Cambero, Faustino Rivas, Antonio Velázquez, Eduardo Cárdenas, Francisco reyes, Francisco Lerma, y el Comandante de Artillería Juan René.

La respuesta de Juárez, mediante su Secretario de Gobierno Lerdo de Tejeda

El presidente de la república don Benito Juárez atendió la proclama de los tepicenses de inmediato. Por lo que la respuesta, a través del ministro de Gobernación, Sebastián Lerdo de Tejada, llegó a Tepic el 7 de agosto de 1867, dos semanas después del Acta de Adhesión, informando:

1.- Que el gobierno de la república acepta el reconocimiento que se ha hecho en Tepic  de su autoridad, con la protesta de obedecer todas sus disposiciones.

2.- El distrito de Tepic quedará por ahora como un Distrito Militar, que dependerá directamente del Supremo Gobierno de la República, para que por él se dicten todas las providencias convenientes a fin de asegurar la paz en dicho Distrito, y para examinar, atender, y proteger los intereses de esos pueblos.

No le gusta a Guadalajara

Con esta disposición, dictada por Juárez y transmitida por Lerdo, quedaba por cierto que la territorialidad del Tepic de entonces, sería el Nayarit de ahora. Ya no estaríamos más en la égida del gobierno de Jalisco. Aunque en Guadalajara se intentó muchísimo regresar a Tepic al estado de Jalisco, jamás se lograría por diferentes circunstancias que se refieren en otras crónicas.

Otras crónicas también registran que entre los jefes militares lozadistas que firmaban los documentos aprobados en Tepic, hubo deslealtades y traiciones, como por ejemplo la de Andrés Rosales quien fue parte elemental de la captura, juicio y fusilamiento del Tigre de Álica y la de Domingo Nava cuando Lozada pierde la Batalla de la Mojonera, en las orillas al norte de la capital tapatía.

En la historia tampoco hay “hubieras” ni “ojalás”, pero si revisamos documento por documento tenemos fechas para recordar, y sobre todo para celebrar cívicamente. Una de esas fechas es el 22 de julio de 1867, Firma del Acta de Adhesión al Gobierno de Benito Juárez, lo que obliga a Nayarit y a los nayaritas a regresarle su lugar en el podio de honor al general Manuel Lozada.

Publicidad