Manuel Cota recorre con familia y amigos el camino al Pichón

Un grupo de mujeres, encabezadas por la esposa del senador, instalaron dos estaciones, donde los feligreses a su paso, recibieron agua, café, pan, fruta y una silla para el descanso y luego seguir su peregrinar

Peregrinar por Nayarit y hacerlo cada año hacia la Barranca de El Pichón como parte de una tradición mexicana, ver y ser parte del fervor de los nayaritas a la Virgen de Guadalupe, es para Manuel Cota Jiménez y familia, un habito anual desde hace 40 años cuando era niño, después siguió como regidor y luego como alcalde de Tepic; así lo externó el senador a sus amigos en una parada obligada rumbo al Santuario, trayendo al presente anécdotas de vida.

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Manuel Cota Jiménez, hace 13 años como Presidente Municipal de Tepic, hizo realidad el camino por el que hoy con toda seguridad peregrinan los nayaritas a venerar a la Guadalupana. “Sigamos nuestras tradiciones y hagamos con Fe y Esperanza a un Nayarit Prospero para nuestros hijos y nietos que son el presente y el futuro de nuestra tierra”, expreso el también líder de los campesinos de México.

La cita fue temprano, en el cruce del libramiento y la carretera a Jalcocotan, cientos de amigos y familiares se dieron cita para acompañar a Manuel Cota en el camino al Pichón, cada puente o cruce era una historia que recordó de la época en que fue alcalde de Tepic y que le dio garantías de vida a la gente que va al Pichón, ya que no era posible seguir como antes, después de aquel lamentable accidente que cobró muchas vidas de Nayaritas.

Organizados y siempre unidos, el equipo de Manuel Cota Jiménez se instaló en dos estaciones, donde los feligreses a su paso en ese camino lleno de historias, encontraron agua, café, pan, fruta y una silla para el descanso de minutos y luego seguir su peregrinar.

Manuel Cota Jiménez, como cada año, fue acompañado por su esposa Amparo Vélez y sus hijos, que al paso de los feligreses saludaron a los amigos de toda la vida y a los comerciantes que vendían el agua, el tamal, los tacos, la fruta, el atole o el café calientito y hasta la comida en su gran variedad desde las carnitas hasta el pozole. Todo en una verbena popular de fiesta, alegría y devoción a la Virgen Morena, la Guadalupana.

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