Al grito de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, miles de personas marcharon este sábado en la capital mexicana
Al grito de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, miles de personas marcharon este sábado en la capital mexicana en el aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, un crimen con investigaciones inconclusas que mermó la imagen del gobierno tanto de Guerrero como federal.
Cubriéndose como podían de la fuerte lluvia, los humildes padres de los estudiantes encabezaron la “Marcha de la Indignación Nacional” llevando grandes fotos de sus hijos, recordando este crimen que exhibió la cara más oscura de México e indignó al mundo.
“No está lloviendo, el pueblo está llorando”, gritaban los padres al llegar empapados a la emblemática plaza del Zócalo, el punto final de la multitudinaria marcha que -según la alcaldía capitalina- reunió a más de 8 mil personas.
“Crimen de Estado” o “Todos somos los 43” son algunos de los mensajes que se pudieron leer en los carteles de los manifestantes, que empezaron a marchar por el céntrico paseo de la Reforma, cargando banderas mexicanas teñidas de negro, calaveras o mapas del país plagado de cruces.
“Venimos con sed de justicia, no puede haber más impunidad. Detrás de los 43 están miles de desaparecidos”, decía Sofía Rojas, alumna de estudios latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Ojalá que la presión que hacen los 43 alcance para encontrar a todos los demás”, expresó, de su lado, Rómulo Hernández, un comerciante de 73 años que seguía a paso lento la marcha mostrando una pancarta con el nombre de su hija desaparecida en el 2013.
Además de la abultada marcha en Ciudad de México, el triste aniversario del crimen también se conmemoró en varios puntos del país como en Chilpancingo, capital de Guerrero (sur), y tuvo otras pequeñas réplicas en Francia, España, Argentina o Estados Unidos.
Más preguntas que respuestas
Asegurando detentar la “verdad histórica”, la fiscalía general concluyó que los estudiantes de la combativa escuela de magisterio de Ayotzinapa fueron atacados a balazos por policías de la cercana localidad de Iguala, asesinando a tres de ellos y a otras tres personas.
Luego, 43 de los sobrevivientes habrían sido entregados a narcotraficantes locales, quienes los asesinaron y calcinaron en un basurero cercano por sospechar que eran miembros de un cártel rival.
Pero los expertos de la CIDH concluyeron que “no existe ninguna evidencia” de que fueran incinerados en ese basurero y criticaron que la investigación oficial no explore la hipótesis de que los estudiantes fueran atacados por haber tomado erróneamente un autobús que transportaba heroína.
Las autoridades de México enviaron a un prestigioso laboratorio de Austria fragmentos óseos, de los que sólo se pudo identificar completamente a uno de los estudiantes y parcialmente a otro.