Marco Rubio, futuro Secretario de Estado -o sea, ministro de Exteriores- del gabinete de Trump, ha criticado a Alemania por sus bajos gastos en defensa y sus inversiones en China, y demanda un papel más activo de Berlín.
En 2016, Marco Rubio participó en las primarias republicanas como depositario de las esperanzas de una «nueva generación». En ese entonces, tenía 44 años y el senador por Florida era visto como una contrapropuesta moderada a la candidatura de Donald Trump, quien finalmente se impuso.
Nacido en Miami, este hijo de inmigrantes cubanos quería encarnar como político el ideal del «sueño americano» del ascenso social. Si bien sus resultados en las encuestas eran al comienzo bastante promisorios, en marzo de 2016 tuvo que abandonar la contienda. Tras haber sido derrotado en su propio terruño, Florida, por Donald Trump, al que durante la campaña había llamado «dictador tercermundista», se retiró de la carrera por la presidencia.
«Little Marco»
Pese a su derrota ante Trump, quien a su vez lo definió en la campaña como un «timador que jamás controlará el partido», ese período fortaleció la imagen de Rubio y su papel como figura de peso dentro del Partido Republicano.
Aunque en las primarias Trump se había burlado de él llamándolo «Little Marco», durante su primer período de Gobierno quedó en evidencia la fuerte coincidencia de ambos en materia de política exterior. Rubio, quien en el Senado trabajó en la Comisión de Relaciones Exteriores y la Comisión de Servicios de Inteligencia, es partidario de una línea dura frente a China y una postura de confrontación con regímenes autoritarios como los de Irán, Venezuela y Cuba. También su postura proisraelí y su cercanía al primer ministro Benjamín Netanyahu lo vinculan ideológicamente a Trump.
Giro hacia Trump
En el pasado, el senador criticó en cambio la política de Trump con respecto a la OTAN y su manera de tratar a Vladimir Putin. Durante mucho tiempo favoreció una política exterior intervencionista.
Pero su postura cambió durante el año electoral, acercándose a la posición aislacionista de su futuro jefe. En el Senado, votó contra la ampliación de la ayuda a Ucrania y ahora es partidario de un rápido fin de la guerra. «No estoy de parte de Rusia, pero, desgraciadamente, la realidad es que sólo se podrá poner fin a la guerra de Ucrania mediante una negociación», dijo Rubio en una entrevista con NBC.
El presidente electo habla en los términos más elogiosos de su futuro Secretario de Estado. «Será un firme defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un valiente luchador que nunca retrocederá ante nuestros adversarios», afirmó Trump en un comunicado.
Críticas a Alemania
Para el Gobierno alemán, Marco Rubio probablemente no será un socio fácil. El político estadounidense ha criticado reiteradamente a empresas alemanas por seguir invirtiendo en China. Al igual que Trump, demanda de Europa un contundente aumento del gasto en defensa. Sostiene que los miembros europeos de la OTAN deben llevar una mayor parte de la carga y que Estados Unidos no puede financiar por sí solo la defensa de Europa.
Con respecto al conflicto en Ucrania, Rubio desearía en el futuro un papel más activo de Alemania. Más de una vez criticó el respaldo inicialmente dubitativo de Berlín a Kiev, pero subrayó la importancia de Alemania para la seguridad europea. Pese a todas las críticas puntuales, es probable que Rubio tenga interés en una estrecha colaboración con Alemania y otros socios de la OTAN.