Más de un millón de personas protestaban el domingo en las calles de diversas ciudades de Brasil contra el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, en manifestaciones convocadas a través de las redes sociales.
Tan solo en la ciudad de Sao Paulo, la mayor del país, la policía informó que al menos un millón de manifestantes se congregaron en la Avenida Paulista, una amplia vía de tres kilómetros, y es ya una de las protestas más multitudinarias registradas en la metrópoli.
Vestidos con los colores de la bandera de Brasil, los manifestantes reclaman principalmente por la corrupción, en medio de un escándalo que involucra a la gigante petrolera Petrobras, y por los problemas económicos del país.
Las protestas se realizan de manera pacífica, al contrario de las manifestaciones de junio del 2013, cuando se registraron actos de vandalismo y enfrentamientos entre policías y los asistentes.
La mayoría de los organizadores promueven un proceso de destitución contra la presidenta, argumentando una presunta corrupción del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), el escándalo en Petrobras y los altos costos derivados de impuestos, entre otras cosas.
En Brasilia, cerca de 45 mil personas acudían a la Explanada de los Ministerios y frente al Congreso Nacional, según informaciones de la Policía Militar, que el domingo movilizó a mil 600 efectivos.
En la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, más de 15 mil personas se reunían para protestar, según la Policía Militar, en tanto, los organizadores estimaban que la cifra de manifestantes alcanzaba los 30 mil.
“Los brasileños se tienen que manifestar realmente y no se pueden callar frente a estos escándalos y robos que vemos en Brasil”, dijo la comerciante Márcia Santos, quien lucía una camisa verde y amarilla. Muchos de los manifestantes llevaban letreros con lemas contra el Gobierno o el PT.