Véritas Liberabit Vos
Y el mes de diciembre no se puede quedar atrás, su rica gama de festejos para celebrar la Navidad es tal, que ha quedado etiquetado en un slogan conocido como “Maratón Lupe Reyes”, dando a entender que las festividades inician teóricamente el día 12 con el aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y se extienden al día de la Epifanía donde se recuerda la llegada de los Reyes Magos a Belén, coincidiendo casi en todos los casos con la finalización de las vacaciones de invierno de los niños de Educación Básica.
Pues bien dentro de esta rica gama de formas propias de festejar en el mes se tiene lo que conocemos coloquialmente como Posadas y que son en estricto sentido el novenario de misas llamadas en la época Colonial como misas de aguinaldo que inician el 16 de diciembre y terminan el día 24 en la noche buena víspera de la Navidad.
Estas posadas que iniciaron en nuestro territorio gracias a la labor evangélica de los frailes agustinos, generaron en consecuencia, que en 1587 el Papa Sixto V emitiera una bula dando reconocimiento a estas celebraciones donde tal como en muchas de nuestras tradiciones estas fueron aderezadas con un toque típicamente regional propio del sincretismo cultural de nuestros aborígenes y de la cultura hispánica europea que le ha dado un sabor muy propio a cada una de las costumbres que datan ya de más de quinientos años.
Para atraer la atención de nuestros antepasados que justamente en su concepción pagana, en esas fechas realizaban sacrificios al Dios de la Guerra Huitzilopochtli, los evangelizadores incluían al final de las misas una serie de representaciones alusivas al evangelio en turno para que este fuera más didáctico terminando con algo de merienda o golosinas para los niños generando así un mayor interés. Este proceder se fue constituyendo cada vez con más fuerza y adaptándole características propias de la región como fue la costumbre de incluir un objeto de origen chino en este caso la piñata; pero dándole un carácter netamente especifico para simbolizar el mal conformada por los siete picos representativos de los siete pecados capitales: La soberbia, la avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza que son vencidos por el bien donde el palo con el que se golpea la piñata son todas las virtudes con las que lo venceremos, simbolizando en el vendaje de los ojos la ceguera al bien provocada por el pecado, los cantos de animación (el famoso dale, dale) son todos los apoyos de aquellos que piden por nuestro bienestar, y por ende la profusión de gracias que se derraman sobre nosotros al vencer el mal queda evidente con los dulces, fruta o colación que produce el romper una piñata, ya no solo como estrella sino que puede tomar la forma de cualquier motivo navideño un pino, esfera, mono de nieve, etc.
Unido a ello estas representaciones que se llevaban a cabo en los atrios de los templos y que narraban el Evangelio de la Navidad hizo nacer con el ingenio propio de nuestra naciente nación las celebres y reconocidas Pastorelas una muestra más del ingenio, devoción y al mismo tiempo picardía del pueblo mexicano y que con tanto éxito se presentan en diferentes partes del mundo, las pastorelas merecen todo un estudio cultural y sociológico ya que de una manera artísticamente jocosa se narra la lucha metafísica del bien y el mal entre el demonio y San Miguel Arcángel siendo este ultimo el que sale vencedor no sin antes haber dado paso a toda una caterva de acciones ingeniosas derivadas del ángel caído.
Digno de reconocimiento son a su vez los nacimientos que cuando fueron creados por San Francisco de Asís nunca se pensó que tanta creatividad e ingenio pudieran encontrarse en ello como lo es en México y qué decir del canto para pedir posada que no es otra cosa sino la narración poética y melodiosa del transitar de San José y la Virgen para buscar lugar en un hostal, este canto recibió reconocimiento del propio Papa S.S. Pio X.
Nuestro país es inigualable en todos los detalles que lleva el celebrar las fiestas navideñas, debemos de sentirnos orgullosos de todos nuestros valores y tradiciones que tienen un estilo único y un sabor inigualable porque quien se resiste en estas posadas ante los ricos tamales, buñuelos, atole, ponche, etc. Surgidos de nuestras raíces orgullosamente mestizas.
Los detalles para la celebración de la Navidad en México no tiene parangón en el mundo, Posadas, Pastorelas, Nacimientos, Piñatas, Cantos de pedir posada y romper piñatas, una gama deliciosa de gastronomía dulce y salada, rociada con una delicia de bebidas como atoles, ponches, champurrados, con todo el colorido y gama de olores y sabores que desde niños acompañaron cada diciembre esta época tan bonita del año.
Vivamos pues con toda alegría y buena voluntad estas fiestas tan propias de México que son un hermoso legado para que dentro de una forma un tanto lúdica y didáctica pudiéramos vivir y reafirmar mejor nuestra Fe.